Martin Scorsese le enseña 'Silencio' al papa Francisco

Silencio tiene su estreno mundial en el Vaticano. La nueva película de Martin Scorsese, protagonizada por dos misioneros jesuitas (Andrew Garfield y Adam Driver) que buscan a su maestro (Liam Neeson) en el Japón de mediados del siglo XVII, será vista mañana en la Santa Sede por un público compuesto por un centenar de sacerdotes de la Compañía de Jesús, entre quienes todavía no hay confirmación de si se encontrará el papa Francisco, primer papa perteneciente a la orden de los jesuitas. Un día antes de esa proyección, Scorsese se ha reunido con el pontífice esta misma mañana.

Según ha comunicado el Vaticano, el encuentro con el cineasta ha sido "muy cordial". El papa Francisco ha aprovechado la ocasión para contar a Scorsese que ha leído la novela de Shusaku Endo en la que se inspira la película, así como que durante su juventud albergó la idea de viajar a Japón como misionero, pero problemas de salud impidieron que cumpliera su sueño.

Por su parte, el director de Uno de los nuestros ha regalado al papa dos pinturas de un artista japonés del siglo XVIII que tomó como referencia para ciertos pasajes del filme. Otros 300 jesuitas de Roma ya han podido ver Silencio hoy mismo en el Pontificio Instituto Oriental de Santa Maria Maggiore. Después de la proyección, Scorsese ha participado en un encuentro con los espectadores.

Tan buena relación con las autoridades católicas en lo relativo a Silencio supone un cambio radical respecto a las reacciones que levantó otra de las películas más explícitamente religiosas del director (¿pero, al fin y al cabo, cuáles no lo son?): La última tentación de Cristo, que en 1988 no fue nada bien recibida por los sectores más conservadores del cristianismo, que la consideraron sacrílega y llevaron a su prohibición en Grecia, Turquía, México, Chile y Argentina, entre otros países; a día de hoy, sigue estándolo en Singapur y Filipinas. No parece que con Silencio vaya a pasar nada similar.