El acusado de atropellar a varias personas en calle Larios dice que quería matarse y "hacer daño"

El hombre que atropelló a varias personas al irrumpir con su coche en la calle Larios, una vía peatonal del centro de la capital, en agosto de 2008, aseguró hoy en el primer día de juicio contra él que "estaba desbordado por los sentimientos" y que quería matarse, aunque manifestó que antes de hacerlo también quería "hacer daño".

"Me sentía mal, sufría una barbaridad y tenía ganas de matarme", aseguró el acusado, quien añadió que no se "acobardó" al atropellar a las personas que había en la calle y que "era consciente de que a mi no me pasaba nada —dentro del coche—, pero tenía tanta rabia que no paré".

En este sentido, el acusado explicó que en el momento de entrar en esa céntrica calle peatonal "no era mi intención" provocar la muerte a las personas que estaban allí, pero lo que sí quería "era hacer daño", y reiteró que realmente lo que buscaba era "provocar mi muerte".

No obstante, insistió en que cuando salió de Fuengirola (Málaga) "no tenía la intención de matar a la gente" y que en su casa le vino "de todo a la cabeza, hacerlo o no hacerlo", pero subrayó que "no fue nada premeditado", sino que las cosas "fueron sobre la marcha". "No tenía control, no podía sujetar nada y me venía todo de golpe", dijo.

Cuestionado sobre si sabía que podía matar a las personas cuando las atropellaba en la calle, indicó que "los golpes no eran muy fuertes" y que "no iba a 80 kilómetros hora", como se indica en las conclusiones iniciales de la Fiscalía, que pide para este hombre 40 años de prisión por cinco delitos de asesinato en grado de tentativa.

Explicó que cuando era pequeño ya recibió tratamiento psiquiátrico y que luego fue tratado en varias ocasiones. Además, fue cuestionado por el momento en el que abandonó el tratamiento, antes de que ocurrieron los hechos, y explicó que fue en un viaje cuando se le acabó y no se tomó mas, pero que se sentía "bien".

Preguntado sobre si sabía que si dejaba la medicación podía hacer cosas que no estaban bien, el acusado, ex guardia civil, que se encuentra en prisión desde los hechos, manifestó que dejó la medicación "y me encontraba bien, como una persona normal y corriente".

Asimismo, insistió en que intentó quitarse la idea de matarse hasta en cinco veces y matizó que pensó en el suicidio por "problemas con los juzgados, la familia y los seguros", además de con "policías injustos". "Y no aguantaba nada", aseveró.PERITOS

En la primera sesión del juicio, que está previsto que continúe en la Sección Primera de la Audiencia mañana y el miércoles, declararon como peritos seis psiquiatras, quienes coincidieron en que el acusado era "responsable" de lo que hacía en ese momento y "de sus actos". Además, apuntaron que el individuo necesita tratamiento.

"Sabe lo que quiere y quiere lo que sabe", sentenció uno de los peritos en relación con los actos del acusado; mientras que otro explicó que el hecho ocurrido en calle Larios "es aislado con respecto a su vida patológica anterior". "Como no tenía el valor de suicidarse el ataque de ira lo sacó de esa forma", apostilló.

Por otra parte, otro de los peritos que lo evaluó durante unos tres meses, y que declaró por videoconferencia, explicó que el acusado "padece una enfermedad psiquiátrica grave" donde los hechos de la vida real los magnifica y en base a esa percepción de la realidad establece una conducta en relación a ella.

"Entiende mal la realidad", señaló y matizó que "en ningún momento" tiene conciencia de la enfermedad, aunque "no reconoce error alguno de percepción". No obstante, aseguró que tenía "cierto grado" de capacidad de decidir, "pero sobre información errónea". "Tiene una mala percepción de la realidad", insistió este experto, que coincidió con los otros en que el tratamiento "debe ser obligado".DEFENSA

Por su parte, defensa del acusado, Regina Gómez, aseguró a los periodistas a la salida del juicio que desde su calificación jurídica estos hechos "nunca serían de tentativa de asesinato", a lo que añadió que en su escrito de calificación "hablaba de lesiones", ya que, a su juicio, "está claro que son lesiones consumadas no tentativas".

Asimismo, indicó que "quizás se podría estar hablando de una tentativa de homicidio, pero dado que padece una enfermedad mental no existe el dolo específico que conformaría el agravante de alevosía y que es lo que distingue el homicidio del asesinato".

La letrada de la defensa indicó que el acusado "tiene claro que él debe cumplir en un hospital penitenciario y no en un prisión normal", ya que, según manifestó, "a estas alturas tiene conciencia de la enfermedad, cosa que no tenía en el momento de realizar los hechos".

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