El jefe de los 300 jueces que trabajan en el partido judicial de Madrid reconoce que su principal problema es la falta de medios. Recién reelegido en su cargo de juez decano (será su tercer mandato), tiene cuatro años más para poner en orden su negociado.

¿De qué se le quejan los jueces madrileños?

De la sobrecarga de trabajo.

¿Y es cierto?

Aquí se resuelve el 25% de los asuntos de todo el país (uno de cada cuatro litigios, unos 800.000 cada año).

¿El traspaso de competencias los ha beneficiado?

Sí. Todo es mejorable, pero somos 101 nuevos jueces, más los juzgados de guardia, los de género, los mercantiles...

De todas formas, ¿no se pierde en perspectiva real y se gana en corporativismo desde su puesto? Usted lleva mucho apartado de una sala.

Eso creía yo también, pero no. Estoy en contacto directo con los problemas reales de la Justicia.

Lo digo porque en su programa electoral pedía usted un portátil para cada juez cuando ni siquiera los juzgados madrileños están informatizados del todo.

Lo del portátil es para agilizar el trabajo diario, aunque es verdad que hay que mejorar las dotaciones informáticas. Es un problema crónico en toda España, somos islotes, reinos de taifa.

Tampoco tiene usted unas infraestructuras óptimas.

Aquí en Plaza Castilla los sindicatos denuncian que hay pulgas o mucho calor en verano. Este edificio es viejo y tiene problemas, pero se van haciendo mejoras. Y encima ahora se queda sin la Ciudad de la Justicia. Es verdad que me hubiera gustado irme, pero siempre tuve claro que ésa era una solución a largo plazo.

¿Y un remedio de urgencia?

En Madrid es prioritario concentrar las jurisdicciones en un mismo sitio.

Usted se ha comido el caso Rafita, ¿cree que han fallado?

Con el Rafita no ha fracasado la Justicia, sino la Ley del Menor.

¿Qué propone?

No abogo por incrementar las penas, pero sí por bajar a 13 años la edad para poder imputar a un menor. A esa edad ya son responsables de lo que hacen.

Por cierto, también tienen entre manos el caso Gürtel. ¿Qué opina de la clase política que tenemos?

Nuestros políticos fueron un modelo en la transición. Ahora tampoco podemos criminalizarlos a todos; hay elementos podridos, como en todas partes.

En su campo está ahora en la picota el juez Garzón.

Yo creo que debe haber un respeto a las decisiones judiciales, aunque todo el mundo está sujeto al imperio del ley.

BIO: Ilerdense de 48 años, se licenció en Derecho en la Complutense y fue portavoz de la asociación Francisco de Vitoria.