Unos 14,5 millones de venezolanos han sido convocados a las urnas para elegir a los 167 miembros de la Asamblea Nacional (AN), doce diputados al Parlamento Latinoamericano y cinco al Parlamento Andino para el período 2005-2010.

La votación, vigilada por más de 120.000 soldados y reservistas, se efectuará en 27.542 mesas repartidas por el país, de las que 27.339 tienen máquinas para el sufragio automatizado.

Las Fuerzas Armadas permanecen en alerta y las autoridades militares y electorales garantizaron la seguridad durante toda la jornada, después de la explosión el viernes de cuatro artefactos caseros en Caracas, que causaron tres heridos leves.

La retirada de candidaturas de la oposición allanará aún más el camino en la nueva Asamblea a una gran mayoría oficialista, de la que ya disfruta hoy el Gobierno con 86 diputados frente a 79 opositores de diferentes grupos.

Tras estas elecciones la AN pasará a contar con 167 diputados debido a variaciones de las poblaciones en tres estados del país. Durante la semana retiraron sus candidatos el socialdemócrata Acción Democrática (AD), el socialcristiano COPEI, Primero Justicia y Proyecto Venezuela, de centro derecha, y el regional Un Nuevo Tiempo (UNT). Todos llamaron a la no participación del electorado como muestra de repulsa al Consejo Nacional Electoral (CNE) y para demostrar que el Gobierno no tiene la mayoría de su lado.

Sospechas por el sistema electrónico de voto

También pidieron la suspensión de la convocatoria electoral y adujeron que el sistema automatizado no preserva el secreto del voto, y que el "software" utilizado por el CNE está "trucado", entre otros argumentos.

Después de la retirada de los cinco principales partidos de la oposición, se mantienen en la contienda, además de los candidatos oficialistas y diversos grupos regionales, otros dos formaciones parlamentarias opositoras de centro izquierda, Movimiento al Socialismo (MAS) y La Causa Radical (LCR).

Según el Gobierno, la renuncia de candidatos "en aluvión esta semana" se debió a su "convencimiento de una derrota anunciada", la "presión de algunos medios de comunicación sobre sectores radicalizados" y una "estrategia desestabilizadora" por parte de EEUU.

"Es un eje que empieza en la Casa Blanca, sigue en la Embajada de Estados Unidos (en Caracas) y concluye en (la organización) Súmate y sus aliados venezolanos", dijo el vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, en referencia al supuesto plan desestabilizador de Estados Unidos, que Washington ha negado insistentemente.

Súmate es un grupo financiado por el Fondo Internacional para la Democracia (NED) de EEUU y una de sus líderes, María Machado, ha sido la única dirigente opositora en ser recibida por el presidente de EEUU, George W. Bush, en la Casa Blanca el pasado mayo.

El presidente del Tribunal Supremo de Justicia, Omar Mora, reiteró anoche que el Parlamento que salga de los comicios del domingo no quedará deslegitimado por la ausencia de la oposición.

El gobernador del occidental estado petrolero de Zulia, el opositor Manuel Rosales, dijo que tras la retirada de la oposición "una Asamblea Nacional electa en estas condiciones, por supuesto que está dentro de una gran limitación democrática".

400 observadores internacionales

Los comicios estarán baja la observación internacional de más de 400 expertos electorales, encabezados por las misiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).

Representantes de organismos electorales de varios países latinoamericanos resaltaron anoche que la retirada de opositores no deslegitima el proceso, y alabaron la "seguridad" del sistema automatizado de votación del país. También aseguraron que cumplirán con su labor "imparcial" de observación, y llamaron a los venezolanos a "participar masivamente" en la jornada electoral.