La primera fase de la remodelación de Avenida de Burgos comenzará en un plazo aproximado de dos meses, comprendiendo el tramo de 480 metros entre las calles Paula Montalt y Portillejo, según informó hoy el concejal de Desarrollo Urbano, Miguel Gómez Ijalba, quien apuntó que la obra tiene un plazo de 7 meses para su ejecución.

Ijalba detalló que en la Junta de Gobierno Local de la próxima semana "o, como mucho, en la siguiente", se aprobará tanto el proyecto de la remodelación como el pliego de condiciones para la licitación, lo que supondrá que "en un mes y medio se adjudicará y las obras podrán comenzar en dos meses".

El contrato para la licitación saldrá por un precio inicial de 1,9 millones, de un proyecto total con un coste previsto de 6 millones de euros. "Transformará la calle, que hoy es una carretera perteneciente a la Comunidad y que está en estado de abandono", afirmó el edil.

Señaló que las obras se harán en un tramo total de 1.650 metros de longitud, "la mayor obra en longitud en una calle de Logroño", y recordó que se llevarán a cabo en cuatro fases "que se harán seguidas, cuando se esté haciendo una, se licitará la siguiente".

Así, en noviembre está prevista la licitación de la segunda fase, entre Portillejo y la calle Entrena, con un presupuesto ya consignado de 1,3 millones, y que se iniciarán en diciembre. Luego, quedarán la tercera fase, entre las calles Entrena y Manresa, y la última, entre esta calle y la Circunvalación.

En cuanto al proyecto, Ijalba destacó que se corregirá la estrechez actual y la falta de aceras, la carencia en servicios como agua, gas, saneamiento o iluminación, se repondrá el alumbrado obsoleto, "a lo que se destinará el 20% del total de los 6 millones de presupuesto" y se cambiará el colector, "con un 30% del total presupuestario".

También se repondrá la totalidad de la calzada, "que ahora está en pésimo estado, con baches y diferentes alturas"; se dará solución "a los cruces "ahora regulados por semáforos, que generan inseguridad y falta de fluidez en el tráfico".

En el primer tramo, se ha previsto la realización de dos carriles por cada sentido, con una mediana de 1,2 metros de ancho, "que se hará sin vegetación para rebajar el coste de mantenimiento". A ello se sumará la actuación más importante, la rotonda con la calle Portillejo, "con unas dimensiones importantes".

"Se evitará de este modo el peligro de este cruce, en el que se han dado accidentes y atropellos", afirmó el concejal, quien añadió que, al igual que la mediana, el diseño de la glorieta "será a base de naturaleza estéril, con rocas y piedras", aunque quedará preparado "con riego" para poder plantar en el futuro.

En la acera norte, "la que va a experimentar más cambios", habrá una doble hilera de árboles, "más grandes y de hoja caduca en el exterior, y más pequeños en la zona interior", que determinarán un espacio estancial y otro de paseo, con mobiliario urbano diferenciado.

La iluminación también distinguirá espacios: habrá luminarias de 8 y de 4 metros, con una inclinación en todos los casos de 5 grados respecto al suelo "para dar una sensación más de bulevar", con una anchura de 7,5 metros. Los parterres actuales se cambiarán por zonas de bancos enfrentados "en forma de paseo".

En cuanto a la acera sur, será de 4,5 metros de anchura, con una fila de árboles y carril bici "que conectará con el del Parque San Miguel y posibilitará su conexión con el de la calle Rodejón". Se cambiarán por completo en este margen el saneamiento y, en general, se mantendrán los aparcamientos.