En su comparecencia en el Senado, la ministra de Cultura denunció "el ruido" y "la contaminación mediática que se sigue vertiendo" en este asunto e incluso criticó el "tono descortés" de la invitación que recibió por parte de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá.

"Para defender a la cultura valenciana sobran las actitudes demoledoras, esas actitudes que siempre acaban siendo poco constructivas y nada edificantes y hace falta sinceridad y algo de disposición al diálogo porque defender a la cultura valenciana no es defender la cultura del pelotazo", declaró la ministra de Cultura.

En esta misma línea, explicó que defender la cultura valenciana no es reducir el Cabanyal a "una zona cero" sino "destinar hasta el último recurso para lograr su salvación".

Asimismo, subrayó que el Ministerio de Cultura tiene "una estrategia" para hacer de El Cabanyal un "espacio cívico de referencia" y "transformarlo en un motor para la economía y la cultura de la ciudad".

Un espacio cultural relevante

Y para superar la "degradación" del barrio de Cabanyal, la ministra puso como ejemplo el diseño de un "plan urbanístico alternativo" o convertir el barrio en un "espacio cultural relevante". "Esa es la línea que marca nuestro compromiso y será cumplido", advirtió la titular de Cultura.

Para argumentar su tesis, la ministra de Cultura leyó los documentos emitidos por la Real Academia de la Historia, el Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España y la Real Academia de Bellas Artes, donde se defiende que el Plan Especial de Protección y Reforma Interior (PREPI) de El Cabanyal "altera gravemente ese bien de interés cultural" y vulnera lo prescrito por la ley de patrimonio valenciano, según la Real Academia de Historia.

Mientras que para el Consejo de Superior de Arquitectos "es obvia la incompatibilidad de dos acciones simultáneas, de un lado la protección del Cabanyal y de otro la apertura de la nueva vía en continuación de la Avenida Blasco Ibáñez".

No obstante, la ministra de Cultura señaló que confía en que se abra un "tiempo de diálogo" en beneficio de los vecinos "que llevan muchos años con estas reclamaciones", insistió.

Presiones de moncloa

Por su parte, el senador del PP, Pedro Agramunt "retó" a la ministra de Cultura a "desmentir" si había recibido "terribles presiones" de la Moncloa para aprobar esta "descabellada resolución" y aseguró que el anterior ministro de Cultura, Cesar Antonio Molina, sí reconoció que había recibido "presiones" de Moncloa y de la vicepresidenta del Gobierno.

"Yo sé que a usted le han contado muchas mentiras y gordas sus compañeros de partido en Valencia y desde la Vicepresidencia del Gobierno", alegó Agramunt, jugando con el título de uno de los guiones de González-Sinde.

"Esto es una cuestión política y ustedes intentan desgarrar al Partido Popular en Valencia y usted rechaza la invitación de la alcaldesa de Valencia para visitar el Cabanyal y al día siguiente se va de visita con un grupo de concejales y un grupo de alborotadores y gente violenta que fueron detenidos por las fuerzas de seguridad del Estado y que al detenerlos se comprobó que ninguno era vecino del Cabanyal", concluyó el senador del PP.