Un segundo matrimonio puede convertirse en una prueba de fuego, sobre todo si la experiencia del primero ha resultado traumática. Este planteamiento está llevando a muchos valencianos a decidirse por la unión de hecho como fórmula legal de enlace civil tras romper con su anterior enlace.

Al menos así lo indican las cifras del Registro de Uniones de Hecho de la Conselleria de Justicia y Administraciones Públicas, al que ha tenido acceso 20 minutos. El 20% de quienes se decidieron por esta fórmula legal de convivencia en 2009 son divorciados, frente a la mayoría que siguen siendo solteros. Sin embargo, la tendencia muestra que cada vez más valencianos optan por apuntarse como pareja de hecho tras poner punto y final a su matrimonio anterior.

Esta fórmula fue elegida por 308 divorciados, de las 1.530 personas apuntadas el año pasado en la provincia. Desde que se puso en marcha, en 1995, se han inscrito 6.087 parejas en  la Comunitat Valenciana, según los últimos datos disponibles.

"Se trata de personas reacias a contraer matrimonio porque vienen de una ruptura", explica el abogado matrimonialista Isidro Niñerola. «Hemos notado un ascenso importante en dos colectivos: en los jóvenes y en los divorciados», dice. Además, añade que las uniones de hecho se dan con más facilidad cuando ambos cónyuges vienen de una ruptura. Si sólo uno es divorciado, la otra parte todavía prefiere casarse.

La serie histórica también muestra curiosidades como el repunte de uniones en diciembre, el mes que más acumula, con 362 parejas registradas en la provincia de Valencia. Además, el fenómeno va a más, ya que en 2005 apenas se alcanzaban los dos centenares de parejas al año. Cuatro años después, se ha llegado a las 747.

Ventajas económicas

Las parejas, que deben acreditar afectividad y un año de convivencia, tienen reconocidos derechos como el de subrogación en el arrendamiento del piso, a solicitar subvenciones de la Generalitat para el alquiler, asistencia sanitaria o auxilio por defunción.