"¿Seguro que no es un anuncio?": Nuestras 10 campañas virales favoritas

Juegos 'online', noticias falsas, parodias sin piedad... Todo vale a la hora de hacer que una película destaque sobre sus competidoras. Compruébalo aquí. Por YAGO GARCÍA
"¿Seguro que no es un anuncio?": Nuestras 10 campañas virales favoritas
"¿Seguro que no es un anuncio?": Nuestras 10 campañas virales favoritas
"¿Seguro que no es un anuncio?": Nuestras 10 campañas virales favoritas

El mercado de las películas está cada vez más saturado. Los estrenos con ambición de blockbuster se suceden mes tras mes, y las posibilidades de que una película de gran presupuesto (por no hablar de un filme modesto) se abra paso entre ese marasmo para llegar al gran público son cada vez más escasas. ¿Cómo solucionan esto los expertos en promoción? Seguro que ya te imaginas la respuesta: con el marketing viral. Esas técnicas de venta que hacen que un filme deje de ser sólo un filme y se convierta en un rumor, un lugar común y, en definitiva, en un fenómeno de masas. En los últimos meses, Prometheus nos ha dado varias sorpresas de este estilo, la última de las cuales ha sido ese anuncio que nos invita a llevarnos a Michael Fassbender a casa, aunque sea de forma robótica. Para demostrarte que no hablamos de nada nuevo, en CINEMANÍA hemos escogido nuestras 10 campañas marrulleras favoritas.

La campaña: Sencilla y elegante, como corresponde a Pixar. Y por partida doble, además: mientras los consejos de ligoteo impartidos por Ken nos hacían reír a mansalva, esos falsos anuncios del osito Lotso Abracitos, con su cascado formato VHS y su sospechosa cursilería, nos daban ligeras pistas sobre la podredumbre de la guardería Sunnydale.

La campaña: Lector, si pasas más horas en internet que en el mundo real, es posible que hace un par de años te tentase acudir a Chatroulette, esa web que te ponía en contacto (cámara mediante) con un desconocido. En el peor (o mejor) de los casos, es posible que fueras víctima de un viral de El último exorcismo: una chica de buen ver se presentaba, te decía que se iba a quitar la camiseta... Y las imágenes subsiguientes te hacían acordarte del productor Eli Roth y de toda su familia cercana. Cuando se te pasaba el susto, claro.

El club de la lucha (1999)

La campaña: Siempre adelantado a su tiempo, David Fincher trató de colarles a sus productores una revolucionaria campaña viral para esta película. Los ejecutivos no tragaron, pero los spots preparados por el director se salvaron de la quema, y pueden verse en YouTube: sin ir más lejos, en el que te presentamos arriba, Brad Pitt nos explica las medidas de seguridad en el cine, para después (sin inmutarse) comentar: "¿Sabes que la orina es estéril? Eso quiere decir que puedes beberla".

Monstruoso (2008)

La campaña: Además de un maestro del guión y de la dirección, J. J. Abrams es un maestro del marketing. Que se lo pregunten a los fans de Perdidos... O a los millares de espectadores que, cuando su película aún estaba en producción, se lanzaron a cazar pistas sobre ese proyecto llamado Slusho, siguieron las falsas noticias sobre perforaciones petroleras en el Pacífico o especularon sobre la forma que tendría el monstruo. La duda está en el aire: ¿eran estos elementos interesantes por sí solos, o los espectadores les hicieron caso porque sabían cómo se las gasta el productor?

Serpientes en el avión (2006)serpientes_avion

La campaña: Por simple, por efectiva y por económica, la promoción de esta película de serie B (pero con Samuel L. Jackson) se merece un lugar en este informe. ¿Por qué? Pues porque consistió, sencillamente, en revelar el título de la película. Con semejante nombre, que valía también como una sinopsis, tanto el público como la prensa no pararon de preguntarse por el filme hasta que este se estrenó... Y todos vimos que no era para tanto.

District 9 (2009)

La campaña: Los espabilados de Peter Jackson y Neill Blomkamp lo tenían claro: puestos a vender una película poco usual, lo mejor es usar técnicas aún menos usuales. De este modo, muchos estadounidenses se preguntaron qué eran aquellos anuncios que se exponían en las paradas de autobús, avisando que los extraterrestres estaban vetados en el transporte público. Lo mismo alguno se creyó que los aliens habían llegado a la Tierra de verdad.

La campaña: Los personajes de Jim Henson se habían convertido en un recuerdo amable, en el mejor de los casos, así que Jason Segel y su equipo tenían que devolverles la popularidad antes del estreno de su película. Y lo hicieron de la forma más adecuada: a golpe de parodia. Desde Crepúsculo a Green Lantern, pasando por aquel memorable Las ranas que no amaban a las cerdas (vídeo), todos los blockbusters de 2012 pasaron por la trituradora de Peggy, Gustavo y su pandilla.

Paranormal Activity 2 (2008)

La campaña: Vale, tu promoción viral ha conseguido que tu película se convierta en un blockbuster con cuatro perras, pero ¿cómo despiertas la atención del público por la secuela? Oren Peli, otro experto en sacar agua de las piedras, lo consiguió con la segunda entrega de su serial terrorífico y doméstico. El primer tráiler de la película (puedes verlo arriba) era un vídeo aparentemente anodino pero, visto con atención, revelaba multitud de detalles inquietantes que se divulgaron a velocidad de vértigo.

El caballero oscuro (2008)

La campaña: A estas alturas, decir que Christopher Nolan es un tipo muy listo resulta una obviedad. De modo que, cuando apareció en internet el sitio WhySoSerious.com, todos nos olimos de qué iba aquello. Otra cosa es que la página de marras, llena de enigmas y gynkanas, diese auténtico mal rollo (todavía está activa, por si quieres comprobarlo), y que detalles como la falsa campaña electoral de Harvey Dent echasen más leña al fuego en EE UU. Después, Origen y (actualmente) El caballero oscuro: la leyenda renace han confirmado a Nolan como un experto en publicidad viral.

El proyecto de la bruja de Blair (1999)

La campaña: Como hemos indicado en el comienzo de este informe, el marketing viral es un fenómeno que cobró fuerza en los dosmiles. Y eso se debió, principalmente, al éxito de este filme, una de las películas más rentables de la historia del cine. Antes de que las redes sociales se convirtieran en un fenómeno capaz de reventar una campaña en segundos (una vez que un usuario coge el chiste, este se propaga instantaneamente), Daniel Myrick y Eduardo Sanchez poblaron internet de imágenes falsas relacionadas con la historia de la bruja de marras. Lo más inquietante de todo: en aquel momento, y con aquellos medios, casi nadie tenía la oportunidad de averiguar que todo aquello era un bluff. Títulos posteriores como Paranormal Activity demostraron haber aprendido bien la lección.

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