Se estima que en Valladolid viven unos 9.140 gitanos, 8.000 de ellos en la capital. La mayoría en los barrios de Las Delicias, Pajarillos y Huerta del Rey.

Trabajar no es fácil

Una de las mayores dificultades de cualquier gitano es encontrar un empleo. «Un motivo es que la mayoría de los gitanos carece de formación y otro son los prejuicios», asegura Chari Cerreduela. En cinco años, 866 gitanos han participado en programas de empleo de la Fundación del Secretariado Gitano y, de ellos, 372 han logrado obtener un contrato de trabajo. Los sectores en los que más empleo han conseguido los hombres son jardinería y construcción.

Derribando barreras

La mujer gitana está evolucionando muy deprisa. Hay al menos 77 mujeres que se han integrado en el mercado laboral. La limpieza, la restauración y el empleo doméstico son los sectores con más demanda.

No sólo las mujeres avanzan, los gitanos más tradicionales también se van «apayizándo». «Mi padre me decía que tenía que ayudar a la familia, que tenía que trabajar. Ahora es él quien les dice a sus nietos, mis hijos, que deben estudiar», nos cuenta Miguel Ramírez.

Todavía hay prejuicios

Aunque las generalizaciones no son buenas, continúan siendo inevitables. «Abrieron una tienda cerca de casa y cuando iba a comprar me seguían porque pensaban que iba a robar», dice Cari Cerreduela. Los comerciantes se dieron cuenta, con el tiempo, de que iba a comprar como todo el mundo.

Las voces de otros

La Fundación del Secretariado Gitano presentó ayer una campaña para mejorar la imagen de la comunidad gitana. El lema es Tus prejuicios son las voces de otros, conócelos antes de juzgarlos.

Ésta es la segunda fase de una iniciativa que comenzó el año pasado y que, según un estudio, ha llegado a un 15% de la población. «Sorprende que todavía sean necesarias este tipo de campañas; es triste», exclamó ayer durante el acto de presentación el escritor Gustavo Martín Garzo. Para demostrar que las generalizaciones no son buenas, se emitirán anuncios en prensa, radio y televisión.

Gitanos de profesión...

Beatriz tiene 23 años y Gedeón ha cumplido 21. Los dos son gitanos y se han abierto un hueco en el mercado laboral al que tanto cuesta acceder. Ella está con contrato indefinido en una empresa de catering y él trabaja en una gestoría.

1 ¿Has tenido problemas para acceder a un trabajo?

2¿Cómo es la relación con tus compañeros?

3¿Qué piensa tu familia de que estés trabajando en una empresa?

4¿Te sientes juzgada en tu vida cotidiana?

5¿Cómo te planteas el futuro?

Beatriz Motos, Empleada de hostelería

1«He trabajado limpiando chalés y cuidando niños y en alguna ocasión, me han cerrado la puerta al ver que era de etnia gitana».

2«Con los compañeros me llevo muy bien. He tenido algún problema al principio porque me costó adaptarme al trabajo, pero no por ser gitana».

3«Mi madre, muy bien, a mi padre y a mis hermanos, les cuesta más. Como salgo tarde, me vienen a buscar».

4«No siempre, pero sí que he tenido alguna anécdota, donde me he sentido juzgada».

5«Me quiero independizar. Tengo mi sueldo, ahora quiero mi casa».

Gedeón Giménez, Auxiliar administrativo

1«No. Sólo he hecho dos entrevistas, a la tercera me contrataron».

2«La mayoría no tiene problema. Otros, sin embargo, cambiaron de comportamiento cuando se enteraron de que soy gitano».

3«A mí siempre me han apoyado mucho. Siempre me han dicho que estudiara y que evolucionara».

4«No es algo generalizado ni constante. Pero no conozco un gitano que en algún momento no lo haya sentido.

5«Quiero estabilizarme y pagar la hipoteca de mi casa como todos».