Ocho policías municipales motorizados hacían innecesaria la presencia de alguno de los 800 agentes de paisano que deben «acosar» a los compradores de CD y DVD ilegales. Una tarea que no se limitará al período navideño, sino que se mantendrá durante el resto del año.
Aunque quienes adquieran estos productos no serán sancionados económicamente, los propietarios de establecimientos públicos, como bares y restaurantes, donde un transeúnte venda piratería, podrán ser multados si conocen esa actividad y la permiten en sus locales, según aseguró ayer el alcalde Alberto Ruiz Gallardón, para quien estas medidas ayudarán a extender el «rechazo social al robo contra bienes intelectuales».
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