Las clases medias de las islas, que hasta hace poco tiempo vivían en una situación estable desde el punto de vista laboral y social, han experimentado un cambio "radical" en su situación de manera que actualmente presentan "dificultades reales" y ya han empezado a ser atendidas por algunos servicios sociales.

Así lo pone de manifiesto el último número de Cuadernos Gadeso 'Los consumidores en Baleares', que, además, refleja que el "salto" más significativo entre las clases se da entre la media y la media-alta, lo que pone de relieve la existencia de colectivos en exclusión social y familias que hasta el momento tenían una situación normalizada y ahora están en riesgo importante, lo que "puede significar que nos dirigimos hacia una sociedad dual".

En concreto, la clase media ya tiene dificultades tanto para llegar a final de mes, como para ahorrar y mantener el nivel de consumo de los bienes básicos. Además, le resulta imposible adquirir bienes de equipamiento.

Por su parte, la clase baja tiene un nivel de capacidad de consumo prácticamente inexistente. En este punto, Gadeso incluye los parados de larga duración, con dificultades para incorporarse al mercado laboral, los jóvenes sin formación o el colectivo de inmigrantes. Entre las clases medias-altas sí que hay, sin embargo, una cierta capacidad de ahorro y de adquirir bienes de equipamiento.

Gadeso remarca que los niveles de confianza y desconfianza entre los ciudadanos como consumidores varían en función de la clase social a la que pertenecen.

El informe también hace hincapié en la "relevante diferencia de percepción" que existe entre la economía familia y la general, ya que, cuando los índices eran positivos ésta era nula, pero actualmente, los familiares son mucho más negativos que los de la economía general.

No obstante, y a pesar de que las expectativas son negativas, muestran una cierta mejora. Así, el índice global se sitúa en un -43, las expectativas en un -41,6 y la situación actual en un -44,4. De hecho, según remarcó Gadeso, las expectativas mejoran de manera especial en la economía general y se sitúan en un 38,4 puntos por encima del índice global.

A pesar de que se perciban mejores expectativas a raíz de la próxima temporada turística, no existe una confianza sólida de que la mejora se produzca realmente.

Por islas, cabe destacar que en Menorca es donde el nivel de confianza es más negativo, y en Formentera donde menos lo es. Por su parte, Mallorca presenta un índice del -42,5, una cifra mejorar a la registrada en noviembre de 2009.

La confianza en Eivissa es muy similar a la reflejada en Mallorca, tanto en la economía general como en la familiar. En esta isla, por su dependencia del turismo, es donde se perciben mejores expectativas para la próxima temporada turística, aunque todavía se tienen que confirmar.