Llamadas a la unidad para hacer frente a una economía en "tiempos dramáticos"

La canciller alemana Angela Merkel en un congreso en Berlín.
La canciller alemana Angela Merkel en un congreso en Berlín.
Tobias Schwarz / Reuters
La canciller alemana Angela Merkel en un congreso en Berlín.

El viernes fue una jornada dramática -otra más- en la cada vez más agitada historia reciente de los mercados financieros. En España, la Bolsa sufrió la peor caída desde octubre de 2008, y en Europa el euro alcanzó el mínimo frente al dólar más bajo registrado en 18 meses.

"Es la peor crisis económica desde la Primera Guerra Mundial", ha dicho este sábado el presidente del BCE, Jean Claude Trichet.  Un mensaje alarmante que ha tratado de compensar con un argumento: más Europa (económica).

El mismo argumento que se desprende de lo dicho también por Angela Merkel, también este sábado: "A la larga sólo podremos garantizar la estabilidad del euro si Europa se arrima mucho más en su política financiera. Esta es en realidad la consecuencia (de la crisis) que hay que sacar".

El euro, ¿bajo ataque?

Sobre si la moneda europea se encuentra bajo asedio de los especuladores, Trichet lo descartó categóricamente, y calificó de "tonterías" las presuntas peticiones de los Gobiernos de la eurozona formuladas a la institución económica para que actúe en este sentido, lo que podría en duda la credibilidad e independencia del BCE.

"No tiene nada que ver con que el euro esté siendo atacado. Tiene que ver con el sector público y, por lo tanto, con la estabilidad financiera en la eurozona. Está claro que la responsabilidad de los europeos pasa por adoptar las  medidas apropiadas para contrarrestar las tensiones actuales en Europa", declaró en una entrevista al medio alemán Der Spiegel.

Los 750.000 millones no son suficientes

Para la canciller Merkel, por su parte, el paraguas de rescate del euro por 750.000 millones de euros aprobado el fin de semana pasado por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional no soluciona por si solo la raíz de la crisis.

"El problema real son los elevados déficit presupuestarios de los países de la eurozona. Por eso Alemania insistió durante las negociaciones con sus socios en que los países deben poner en orden sus finanzas estatales y esforzarse por una mayor competitividad", dice la líder cristianodemócrata.

Merkel cree que las ayudas y la consolidación presupuestaria sólo son una parte de la solución de la crisis, y que la otra consiste en una mayor regulación de los mercados, algo en lo que Europa debe avanzar más rápidamente.

Obama reconoce el freno

Por su parte, en su habitual discurso de los sábados, el presidente de EE UU, Barack Obama, dijo que su proyecto de reforma financiera beneficiará a todos los estadounidenses, pero sobre todo a las pequeñas empresas que resultaron particularmente perjudicadas por la crisis.

Al explicar los principios de la reforma, Obama manifestó que su responsabilidad no es sólo asegurar que el país se recupere de la recesión "sino también garantizar que nunca más vuelva a ocurrir una crisis económica como ésta que impulsó la recesión".

El mandatario indicó que el avance del proyecto ha sido vacilante en las últimas semanas y se han sucedido las discusiones sobre aspectos técnicos del proyecto "y mucha retórica a veces engañosa por parte de aquellos que se oponen".

En su discurso dirigido a ese estadounidense, Obama aseguró que la reforma "representa las mayores protecciones para el consumidor financiero en la historia".Esa reforma, agregó, "ayudará a poner fin a las prácticas depredadoras y neutralizará a los prestamistas sin escrúpulos para ayudar a asegurar el futuro financiero de su familia".

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