Días como el de hoy en La Croisette son los que hacen de Cannes un lugar único en el calendario cinematográfico. Woody Allen, fuera de competición con You will meet a tall dark stranger, y Mike Leigh, a concurso con Another year, han puesto el listón alto para los días venideros. Y todo sin olvidar que en Un certain regard, la sección paralela más prestigiosa, pudimos echar un ojo a lo nuevo de Hideo Nakata y al debut en un largometraje de Diego Luna detrás de la cámara.

You will meet a tall dark stranger es la segunda cinta que Woody Allen ha rodado con capital español, aunque esta vez se ha desplazado a Londres y ha contado con un reparto internacional, a excepción de Antonio Banderas, para llevarla a buen puerto. La cinta vuelve sobre los temas recurrentes de la filmografía de Allen: el amor, el olvido, el sentido de la vida... Todo ello en un envoltorio de comedia ligera, aunque con un final un pelín amargo, en el que Allen sabe desenvolverse mejor que nadie.

El cineasta ha juntado a Anthony Hopkins, Naomi Watts, Josh Brolin (por partida doble en Cannes, en la que ayer presentó Wall Street) y Antonio Banderas, entre otros, para llevar a cabo esta historia coral protagonizada por dos parejas en crisis.

Allen ha negado que en la cinta hubiera algún aspecto autobiográfico. Ni siquiera con el personaje de Brolin, que se enamora perdidamente de una vecina a la que ve tocar la guitarra a través de la ventana, en el edificio de enfrente: "Desgraciadamente, cuando miro por mi ventana solo veo a un tipo al otro lado de la calle, trabajando en casa con su ordenador".

Ganador de la palma de oro en el 96 con Secretos y mentiras, el británico Mike Leigh vuelve a competir este año por el premio más prestigioso del circuito de festivales. Y mucho tiene que cambiar la cosa para que el próximo domingo su nombre se quede fuera de las quinielas, porque Another year ha demostrado ser uno de los mejores trabajos que se han visto hasta el momento. Como en la cinta de Allen, Leigh cuenta la historia de varios personajes -una pareja, su hijo, una amiga de la protagonista, el hermano derrotado- y sus vicisitudes a lo largo de un año.

Tiempo más que suficiente para conocer la alegría, la tristeza, la desesperación. Leigh sabe captar con gran talento el día a día de los personajes, rodeándolos de un aire costumbrista y con una puesta en escena muy teatral. Another year es la vida misma, con sus pequeñas emociones, sus sufridos fracasos y con la esperanza de que las cosas siempre pueden mejorar. Una pequeña gran cinta que seguramente se llevará algún reconocimiento el próximo domingo en la ceremonia que reconoce a los mejores del certamen.

Diego Luna y su estreno como director

Pero Cannes no es solo sección oficial. Lo que en otros festivales puede llegar a ser relleno, aquí se transforma en un maremagnum en el que todos quieren estar. Un certain regard, la sección paralela más conocida, alberga este año a Godard, sin ir más lejos. Coppola, por ejemplo, participó el año pasado en la Quincena de los realizadores, sección en la que Scorsese se dio a conocer con Malas calles. Dicho esto, ayer fue un día interesante en Un certain regard. Hideo Nakata, padre del The ring original, presentó Chatroom, una historia que mezclaba a un grupo de jóvenes que se conocían por Internet. La sesión acabó en esperpento, con una historia sin pies ni cabeza que aburrió soberanamente a unos asistentes que, al salir, se preguntaban por qué estaba Nakata seleccionado.

La tarde mejoró con Abel, el debut tras las cámaras de Diego Luna. El actor mexicano le ha cogido el gusto a la dirección. Lo demuestra el documental rodado hace unos años -J. C. Chávez- y los dos títulos que ha estrenado este año: un cortometraje en la cinta de segmentos Revolución, y Abel.

En esta última, Luna explica una historia simpática acerca de un niño con problemas mentales que, tras una temporada en el hospital, llega a casa y cree que es el padre de la familia. Entrañable, con momentos ciertamente divertidos, Abel habla del abandono familiar y de la figura del padre ausente.