El diputado de Izquierda Unida en el Congreso, Gaspar Llamazares, se declaró hoy "en rebeldía" ante la decisión unánime del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) de suspender al juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón tras haberse abierto juicio oral contra él en el Tribunal Supremo por una presunta prevaricación cometida al investigar las desapariciones del Franquismo.

Llamzares, que habló así antes de pronunciar la conferencia titulada 'Los retos de la izquierda latinoamericana'. en Gijón, tildó el hecho de "linchamiento político" y de menosprecio al Parlamento y las leyes, así como de afrenta las víctimas del Franquismo.

Por este motivo, instó al Gobierno de España a que adopte las medidas necesarias para que esto no vuelva a ocurrir y a que establezca los requisitos de la acusación popular, "que no puede ser un lavado de cara del Franquismo", dijo.

Asimismo, conminó a que el Gobierno establezca claramente que quien instruye en este país "no es el juez, sino el fiscal" y a que modifique "claramente la elección y composición del CGPJ , que, en su opinión, fue "complice necesario" en la suspensión del juez Garzón. "Yo seguiré llamando a Garzón Señoría, a otros voy a tener serias dudas de que calificación voy a utilizar", apostilló. "Ni respeto, ni acato, ni obedezco la suspensión", añadió.

En este sentido, aunque matizó que los acusadores son "los herederos del Franquismo", señaló que el juez Luciano Varela y el CGPJ son complices con una maniobra que no garantiza el prestigio de la Justicia española en el mundo. Es más, aseguró que hoy era "un mal día para la Justicia española" y añadió que este hecho "ha avergonzado a la Democracia española a nivel internacional".

Por todo ello, insistió en animar a los ciudadanos a declararse en rebeldía y en exigir al Gobierno que modifique las leyes y procedimientos que facilitaron "este atropello a la justicia democrática". También comparó el caso con el de un "linchamiento sumarísimo que se parece demasiado al tribunal de Orden Público".