La selección fue presentada hoy por la concejala de Acción Cultural del Ayuntamiento de Valencia, Mayrén Beneyto, el propio artista, el comisario del proyecto, Juan Manuel Bonet, y el director territorial de Caja Mediterráneo (CAM), entidad que patrocina la muestra, Vicente Botella.

La selección —que se podrá contemplar en Valencia hasta el 12 de julio y que después itinerará por Palma de Mallorca, Madrid, Alicante y Murcia— reúne piezas que van desde el año 1979 hasta el 2009 para ofrecer una panorámica por la obra pictórica de Ramos.

Su trabajo, sustancialmente expresionista, empezó su carrera en clave abstracta y gestual. Sin embargo dejó pronto atrás ese tipo de planteamientos, en los que coincidió con Juan Uslé y otros de sus condiscípulos, para hacerse fuerte en una poética personal que hunde sus raíces en el tiempo auroral del arte moderno y, más concretamente, en la alegría de vivir de Henri Matisse, Albert Marquet, Raoul Dufy o Francisco Bores.

El bodegón, a menudo frutal, el florero, el rostro humano, el cuerpo femenino, su Mediterráneo adoptivo y las ciudades visitadas del Viejo y del Nuevo Mundo son algunos de los motivos que Willy Ramos trata una y otra vez en una obra intensa en la que el color es el principal protagonista, manifestaron los responsables de la iniciativa.

Ciclo lunar

Willy Ramos consideró que la exposición es "el reflejo fiel" de toda su trayectoria. El creador apeló además a sus orígenes hispanoamericanos para señalar que la sensibilidad del otro lado del atlántico "es lunar, no solar como en Europa". "Mi obra tiene un ciclo lunar: crece, se ensancha, decrece, desaparece; No es lineal, como el sol, sino que tiene fases", explicó.

Por su parte, Juan Manuel Bonet elogió el trabajo de Willy Ramos, cuya obra conoce desde los primeros años ochenta, y señaló que su expresión pictórica "se realiza mediante el color, un color que dice la luminosidad del mundo".

El comisario enmarcó la sensibilidad pictórica del autor en la tradición de la 'pintura-fruta' de Francisco Bores, y subrayó "el constante diálogo que se da en las obras de Ramos entre su vivencia del Mediterráneo y sus raíces natales sudamericanas".