Giorgos Lanthimos ('Alps'): "Me gusta que la gente interprete mis películas a su manera"

Tras meternos el mal rollo en el cuerpo con 'Canino', el director griego más enfermizo vuelve con una historia de suplantación, muerte y gimnasia rítmica. YAGO GARCÍA ha hablado con él, para descubrir que es un tipo bastante majo.
Giorgos Lanthimos ('Alps'): "Me gusta que la gente interprete mis películas a su manera"
Giorgos Lanthimos ('Alps'): "Me gusta que la gente interprete mis películas a su manera"
Giorgos Lanthimos ('Alps'): "Me gusta que la gente interprete mis películas a su manera"

Admitámoslo: incluso el periodista más gafapasta no puede evitar cierto cosquilleo de fan cuando se dispone a hablar con uno de sus directores favoritos. Con lo cual, aquí sentíamos verdadera ansiedad antes de nuestra conversación con Giorgos Lanthimos. Ansiedad que también se mezclaba con un poco de inquietud: con Canino (2010), este director y guionista griego de 38 años conquistó tanto a los amantes del cine de autor como a los del cine de género más arriesgado. Un rizo que podría rizar de nuevo con Alps, su segundo largo estrenado en España, que protagoniza un grupo de individuos dedicado a suplantar a los familiares o amigos muertos de sus clientes. Por supuesto, tratándose de Lanthimos, la cosa degenera pronto en una espiral de violencia y humillación, con lo que el resquemor a la hora de hablar de un filme tan doloroso, en muchos sentidos, nos ponía los pelos de punta. "Qué demonios", nos decimos. "Si aguantamos las sonrisas sardónicas de David Cronenberg podremos con esto... ¿verdad?".

Tras un rato agarrados al teléfono, el nerviosismo se ha calmado, gracias a una charla animadísima y, sobre todo, cortés: Giorgios Lanthimos ha resultado ser un tipo amabilísimo, que se expresa pulcramente en un inglés de consonantes suaves y que no vacila ante ninguna pregunta... Pero que no está dispuesto a decirnos qué intenta contar con su película: "A nosotros [Lanthimos se refiere a él y Efthymis Filippou, su guionista de cabecera] nos gustan las historias que se basan en situaciones infrecuentes, pero cercanas a la vida real. Exploramos cómo se rompen las cosas que todos damos por sentadas: es interesante estudiar las estructuras sociales", nos dice. Vale, pero eso es una respuesta acerca de sus planteamientos y sus métodos de trabajo, no de Alpes en concreto. Dejando tanto margen a la interpretación, ¿qué piensa Giorgios Lanthimos cuando críticos y espectadores sacan interpretaciones dispares, cuando no opuestas, de sus trabajos?

"Eso me gusta", afirma el cineasta. "Esa es la razón por la que Efthymis y yo hacemos películas, de hecho. En nuestras historias no hay bien ni mal, ni personajes acertados o equivocados: se trata de invitar al público a que piense". Entonces, ¿os parece bien que muchas opiniones sobre Canino la vinculasen a la crisis económica en Grecia, por ejemplo? "Lo encuentro fascinante. Si alguien extrae un mensaje de Alpes y ese mensaje se ajusta a lo que se ve en la pantalla, entonces está en lo cierto, aunque yo no lo haya pensado así". Lanthimos remacha apuntando que "las cosas pueden significar cosas distintas para personas de un país distinto, o de una cultura distinta".

Así que, mientras sea coherente y tenga sentido, le parece bien. Estas palabras suenan un poco a Canino, y pueden darnos una pista sobre uno de sus temas cruciales: las relaciones entre el lenguaje y la realidad. ¿Estamos en lo cierto? "Creo que es así", admite el director. "Construir un orden es una necesidad para cualquier grupo humano, y a mí me interesan los grupos más que los individuos". Siguiendo este hilo, podemos pensar en las figuras del Padre de Canino y de Mont Blanc (Aris Servetalis), el líder del grupo de Alps. ¿Desconfía nuestro entrevistado de las figuras de autoridad? "Algo de eso hay, pero sobre todo quiero fijarme en los momentos en los que esas figuras no funcionan porque se encuentran con situaciones inesperadas". Entonces, ¿qué pasa cuando, ante esas figuras inesperadas, los líderes reaccionan mediante la violencia? "En realidad, lo hacen por razones que ni siquiera entienden del todo. Y, en el caso concreto de Mont Blanc, le gusta aprovecharse de ser quien está al mando".

Después de este odioso personaje, queremos hablar sobre la (posible) auténtica protagonista de Alps: esa enfermera que acaba tomándose su labor de suplantación un poco demasiado en serio. A nosotros, el personaje nos recordó mucho a esos personajes de Lars Von Trier (como la protagonista de Rompiendo las olas) en los que se confunden el altruísmo y el masoquismo. Pero ahí, remacha Lanthimos, sí que nos hemos equivocado. "En realidad, la enfermera es una egoísta. De mejor o peor manera, el grupo de la película quiere ayudar a la gente, pero para ella adoptar nuevas identidades se convierte en algo más importante que eso. Incluso en esos personajes de Lars Von Trier a los que os referís, yo siempre he visto un matiz de egoísmo: nadie es tan desinteresado".

Para terminar, y visto lo raras que son sus películas, queremos saber algo más: ¿Qué clase de filmes le gusta ver a Giorgios Lanthimos? "Me gustan todos los tipos de cine, pero sobre todo disfruto con Cassavettes, Robert Bresson y Luis Buñuel. Esos son los directores que me hacen pensar".

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