Desde 1997 Asturias y otras cinco comunidades autónomas (La Rioja, Aragón, Valencia, Castilla y León y Cataluña) vienen trabajando en la promoción de la candidatura de las Icnitas de Dinosaurio de la Península Ibérica a Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Ese año se logró la inclusión de esta propuesta en la Lista Indicativa Española, que es el documento en el que constan todas las iniciativas españolas que aspiran a conseguir el máximo reconocimiento internacional en materia patrimonial.

Tras esa fecha se comenzó a elaborar la documentación técnica justificativa de la propuesta. Un momento fundamental del proceso fue la creación, en 2003, de una Comisión Coordinadora para la Gestión de las Icnitas de Dinosaurio en la Península Ibérica, integrada por las seis comunidades implicadas en el proyecto junto con el Ministerio de Cultura.

En 2005 tuvo lugar la presentación formal de la candidatura ante la Unesco, iniciándose ese año la evaluación de la propuesta por parte del alto organismo internacional. Este proceso de evaluación se ha demorado más tiempo del previsto debido a diversas solicitudes de información adicional que ha venido realizando la Unesco en este tiempo. Igualmente, este organismo solicitó la presencia de los yacimientos de huellas de dinosaurio de Portugal en la candidatura. Así, en julio de 2006, el Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco acordó en su reunión de Vilnius solicitar un replanteamiento general de la candidatura, que tuviera en cuenta a Portugal.

Se inició entonces un nuevo proceso, coordinado desde la Fundación Dinópolis de Teruel y que ha tenido en los geólogos del Museo del Jurásico de Asturias un punto de apoyo. Se produjo a lo largo de los últimos años la incorporación formal de Portugal a la candidatura, lo que determinó que en febrero de 2009 se pudiera presentar de nuevo el expediente ante la Unesco, iniciándose una segunda evaluación.

En su última versión, la candidatura está integrada por 11 yacimientos (8 en España y 3 en Portugal) elegidos científicamente en función de su importancia y representatividad para ilustrar la relevancia de los cientos de yacimientos existentes en la Península Ibérica. Concretamente, los yacimientos propuestos son los siguientes: en España, Tereñes (Principado de Asturias), Fuentesalvo, Costalomo (Castilla y León), Las Cerradicas (Aragón), El Peladillo, Los Cayos (La Rioja), Tambuc (Comunidad Valenciana) y Fumanya (Cataluña). En Portugal, Pedreira do Galinha, Vale de Meios (Santarem) y Pedra da Mua (Setúbal).

En su conjunto, los once yacimientos de la candidatura a Patrimonio Mundial representan la riqueza del registro de dinosaurios en la Península Ibérica (alrededor de 230 yacimientos y más de 22.000 huellas), representando la sucesión faunística de estos vertebrados durante los últimos 100 millones de años del Mesozoico; siendo de especial relevancia a nivel mundial por servir como una enorme ventana al cambio de faunas de dinosaurios producidas entre el Jurásico y el Cretácico, además de quedar reflejados los múltiples modos de vida y ambientes en los que vivieron los dinosaurios.

De esos once yacimientos uno es asturiano, el de Tereñes, en Ribadesella, aunque en Asturias existen muchos más lugares con huellas de dinosaurios, localizados en la costa oriental, de Villaviciosa a Ribadesella. Los yacimientos asturianos, declarados Monumento Natural desde 2001, datan del Jurásico Medio y Superior, una época en la que el llamado Proto-Atlántico comienza a formarse entre Norteamérica y Europa-Norte de África. La separación de estas placas de Pangea da lugar a un mar somero con plataformas carbonatadas en cuyas orillas habitan los dinosaurios que dejan sus huellas, sobre todo, en los sedimentos litorales. Estas capas ricas en yacimientos vuelven a aflorar hoy en día cerca de las costas de Portugal y Asturias.