Madrid se ha convertido este dominho en la primera capital de los Veintisiete que enarbola de forma permanente la bandera de la Unión Europea (UE). El izado de la enseña comunitaria con las doce estrellas doradas, en la Glorieta de San Vicente, junto a la estación de Príncipe Pío, ha sido el acto principal para celebrar el Día de Europa.

El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Miguel Ángel Moratinos, ha señalado que la Unión Europea es la primera democracia supranacional de la historia, construida sobre la razón y la voluntad colectiva de todos sus ciudadanos.

"La Unión Europea es una herramienta para garantizar una mejor calidad de vida de las mujeres y de los hombres de sus países y del conjunto de la humanidad", ha dicho Moratinos, quien ha destacado los valores europeos de la paz, la libertad, la democracia, el pluralismo, la igualdad y la solidaridad.

El titular de Exteriores ha indicado que la presidencia española de la UE ha orientado su actuación para conseguir una Europa más democrática y eficaz, más ciudadana, más implicada con el multilateralismo, más justa económica y socialmente, más igualitaria y más inclusiva.

Por su parte, Ruiz-Gallardón ha subrayado que la bandera de la UE ondea desde hoy sobre la renacida ribera del río Manzanares, un ámbito histórico cuyo resurgimiento simboliza la capacidad de superación que caracteriza al proyecto europeo.

Los retos a los que Europa se enfrenta son de dimensiones "fabulosas", ha resaltado el alcalde, quien ha agregado que la recuperación de la posición de la UE en el mundo en pie de igualdad con las potencias efectivas y emergentes "requiere un esfuerzo compartido".

En el acto, se han leído sendos mensajes de los presidentes de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, quienes han resaltado la importancia del emplazamiento de un mástil, donde ondeará de forma permanente la bandera de la UE en Madrid.

El Día de Europa se conmemora el 9 de mayo en recuerdo del discurso que el ministro de Exteriores de Francia, Robert Schuman, en 1950 para que su país y Alemania pusieran en común su producción de carbón y acero, la CECA, lo que se considera el germen de la UE.