El presidente de La Rioja, Pedro Sanz, considera que en la reunión mantenida esta semana entre el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, el primero "quiso utilizar al presidente del PP para lavarse la cara y para recuperar imagen, que la tiene por los suelos".

Tras afirmar que "el maquillaje le gusta mucho al señor Zapatero", Sanz opinó que tras esa reunión, lo único que han podido percibir los ciudadanos "una vez más" es que en España "hay dos proyectos políticos diferentes y dos modelos económicos diferentes".

Por un lado "el del señor Zapatero, si tiene alguno, que es no hacer nada", y por otro "el del señor Rajoy, que son una serie de medidas, de decisiones valientes, impopulares, que sacaron a España de la situación que nos dejó el PSOE en el año 1996, y que ahora podrían resolver o paliar los problemas y la situación que estamos viviendo por un proyecto socialista económico nefasto", afirmó.

Sanz, que fue entrevistado en el programa el Avispero de la Cope, que se emite esta tarde, concluyó que es "imposible que el PP pueda decirle al presidente del Gobierno sí a una actitud de no hacer nada, y de dejar que se mueran muchas empresas y que sufran muchas familias desde el punto de vista económico y social".

Durante la entrevista, en la que participó Europa Press, el presidente riojano opinó que no hay ninguna propuesta que se quiera poner sobre la mesa por parte del presidente del Gobierno, e indicó que "ir a hablar a La Moncloa de Grecia y de las cajas de ahorros, es quererse reír de los españoles, porque esos son dos temas que estaban ya resueltos", aseguró.

Sanz, quien se definió como una persona "muy razonable y muy racional en lo que tiene que ser respetar el sistema democrático", consideró que en este caso, se está "deformando" porque "parece ser que es Mariano Rajoy, estando en la oposición, quien tiene que resolver los problemas de España". Añadió al respecto que el Gobierno es el que asume la responsabilidad a la hora de la toma de decisiones, pero el presidente del Gobierno "no plantea ninguna medida impopular para que diga si el PP la apoya".

En este sentido, se mostró convencido de que si el PP estuviera en estos momentos gobernando en La Moncloa, "habíamos entrado ya a sacarlo a la calle, no le hubiéramos pedido que convocara elecciones, seguramente que hubiéramos entrado y hubiéramos dicho: usted, a su casa", dijo Sanz, quien señaló que lo que se está haciendo por parte del Gobierno es "mareando la perdiz, y dando vueltas, e intentando que no se enfaden los sindicatos, y a ver si esto se resuelve solo".

"Lo que no parece es que ahora todo el mundo mira al señor Rajoy para ver si nos resuelve los problemas. Pero si no tiene capacidad, si está en la oposición, si el Ejecutivo es el señor Zapatero, si es el que tiene que resolver. No nos podemos poner de acuerdo, son dos modelos económicos totalmente diferentes", señaló el presidente riojano, quien indicó que a él, nadie le pide en La Rioja "a grito pelao" que pacte con la oposición. "Tengo mi capacidad de gobernar y por tanto la responsabilidad será mía. El día que yo no pueda, me tendré que ir a mi casa. Esa es la grandeza de la democracia", resaltó.ESTATUT

Por otro lado, Sanz se refirió a la decisión que el Tribunal Constitucional debe tomar sobre la reforma del Estatut catalán, contra la que La Rioja presentó recurso en su momento, y señaló que le preocupa la "crisis institucional en la que estamos entrando" porque "da la sensación de que el Ejecutivo está de acuerdo o no con el tribunal en función de la sentencia que produce, y eso es lo más triste", apostilló.

Advirtió que en el momento "en que la pata que sustenta, que es la justicia junto con el ejecutivo y el legislativo, se trunque, el sistema democrático se cae por los suelos, y estamos en ese peligro", señaló, para añadir que comprende que los ciudadanos "no crean en la justicia, que empezamos a contaminarla, porque los políticos enredamos mucho y contaminamos mucho, lo reconozco", indicó.

Por otro lado, Sanz consideró que en estos momentos "sería una barbaridad" renovar el Tribunal Constitucional "porque estaríamos diciendo a los miembros de este tribunal que no están legitimados y que como no han sacado la sentencia que le gusta a Cataluña, o al tripartito, hay que poner otros a ver si sacan una sentencia que sea mejor. Creo que eso tenemos que superarlo y tenemos que hacer autocrítica los políticos", concluyó.