La vivienda, en venta y con un comprador ya seguro, llevaba deshabitada cerca de un mes. María José Cuenca se había acercado hasta allí para recoger el correo del buzón. Pero, al llegar al piso, comprobó que la cerradura de la puerta había sido cambiada y que "unos desconocidos" se habían instalado a vivir en él.

Así consta en la denuncia que se interpuso ante los Mossos d'Esquadra el pasado 28 abril. "¿Qué voy a tener que hacer ahora yo, ocupar un piso?", dice María a 20minutos.es. "Mi familia y yo contábamos con el dinero [de la venta del piso] para pagar la hipoteca", denuncia.

La vivienda, sin luz ni agua, está situada en el barrio barcelonés del Raval. María y su marido, Miguel Ángel, aseguran que quienes se han instalado a vivir en ella sin permiso -"una familia, cuatro o cinco personas"- están robando la electricidad de la escalera, con el "consecuente peligro de incendio".

Estupefactos, ambos se preguntan cómo puede ser que unos individuos se instalen en una propiedad privada y ellos "no puedan hacer nada, solamente mirar con impotencia".

Ha transcurrido una semana desde que interpusieron la denuncia. La justicia aún no se ha pronunciado. Desde la Policía comprenden el nerviosismo de los demandantes pero se atienen al paso, tardo pero implacable, de la justicia. "Normalmente", dicen, "pasadas 24 ó 48 horas" el juez ya no puede dictar una resolución "por vía de urgencia", por lo que los plazos de resolución "se alargarán".

Mientras tanto, María José y su marido, que han solicitado ya un abogado de oficio, esperan, con "impotencia", a que se haga "justicia" antes de que el futuro comprador del que sigue siendo "su piso" se arrepienta.