Cinco mujeres con letra: Soledad Puértolas, la última en entrar en la Real Academia

  • La escritora Soledad Puértolas cubrió la vacante de Antonio Colino.
  • Únicamente siete han logrado franquear sus complejas puertas.
La escritora Soledad Puértolas.
La escritora Soledad Puértolas.
La escritora Soledad Puértolas.

Gertrudis Gómez de Avellaneda (1814-1873) fue la primera mujer de cuyo serio intento por entrar en la Real Academia se tiene constancia. Eran tiempos difíciles, mediados del siglo XIX, y su esfuerzo tuvo escaso éxito. La razón: una sociedad lo suficientemente machista como para que una mujer no pudiera, tal vez ni en sueños, formar parte de algo tan 'serio' como la Real Academia Española.

La misma suerte corrieron los empeños de Emilia Pardo Bazán (1851-1921). Pasaría a la posteridad como una de las reinas del realismo y naturalismo español, pero no como académica. La autora de Los pazos de Ulloa tampoco pudo coronar la cima en un mundo donde sólo había sitio para ellos.

Hoy, siglo y medio después de aquellos intentos y casi pasados tres siglos del nacimiento de la RAE, el número de mujeres que hay en la institución no resulta muy alentador ni se corresponde tampoco con la supuesta modernidad e igualdad de nuestra sociedad. No se trata de la cuota, pero sorprende que sólo sean cinco (de un total de 44 académicos de número y electos), y gracias a la reciente elección de Soledad Puértolas. Un total de siete (dos de ellas ya fallecidas) han sido las mujeres que han tenido letra en la Real Academia Española.

Hasta el siglo XX

Hubo que esperar hasta el siglo xx para que se abrieran las puertas a una mujer: la escritora Carmen Conde (1907-1986), que ingresaba en la Academia en 1979 para ocupar la letra k.

Siete años antes lo intentó la lexicógrafa María Moliner (1900-1981), cuyo Diccionario del uso del español sigue siendo una joya de la lengua, pero para quien no era el sillón por el que competía con Emilio Alarcos, quien sí consiguió acceder.

En 1984 le era permitida la entrada, en el sillón a, a la que se convirtió en la segunda mujer académica de la historia: la escritora Elena Quiroga (1921-1995).

Tras ella vendrían las actuales: la narradora Ana M.ª Matute (1998), la historiadora Carmen Iglesias (2002), la científica Margarita Salas (2003), la filóloga Inés Fernández Ordóñez (2008) y la escritora, elegida el pasado 28 de enero, Soledad Puértolas. Respaldada la autora por Carmen Iglesias, Luis Mateo Díez y José Antonio Pascual ha logrado 'su letra': la g, correspondiente al fallecido Antonio Colino.

"Se la ha llamado por sus méritos y prueba de ello es que era la única candidata", señalaba el secretario de la Academia tras la elección de la autora de El bandido doblemente armado. Quedaba así zanjada la posible mirada a la famosa 'cuota'. Sin embargo, ¿no resulta algo sorprendente que sólo cinco mujeres tengan méritos bastantes para estar en la RAE?

La presencia femenina en la RAE

La historiadora Carmen Iglesias

Catedrática de Historia de las Ideas en la madrileña Universidad Rey Juan Carlos, fue elegida académica de la lengua en 2000 para ocupar el sillón E, libre tras la muerte de Torrente Ballester. Y no es la única Academia a la que pertenece: también es miembro de la Real Academia de la Historia desde 1989. Carmen Iglesias (Madrid, 1942), que preside el Grupo Unidad Editorial (editora del diario El Mundo), es conocida además por haber sido tutora de la Infanta Cristina en 1984, y después, preceptora del Príncipe Felipe. Ha recibido varios premios como historiadora, destacando el Nacional, que recibió en 2000.

El pensamiento de Montesquieu: Es una de las obras más importantes que ha publicado Carmen Iglesias, especialista en el siglo XVIII europeo.

La escritora Ana María Matute

"Jamás me vi como académica de nada", decía Ana María Matute (Barcelona, 1926) a Juan Manuel de Prada poco antes de ingresar en la Real Academia Española en 1998 para ocupar el sillón k. La escritora, premiada con los más importantes galardones y con una obra donde el realismo y la fantasía se han ido alternando y le han dado un lugar al margen, propio y muy alto, ocupa la vacante que dejó Carmen Conde. La autora se dio a conocer cuando quedó finalista del Nadal en 1948 con Los Abel (no lo ganaría hasta 1959 con Primera memoria). Su última obra es la novela Paraíso inhabitado (2008).

Pequeño teatro: Tenía 17 años cuando escribió esta novela. Fue la primera y ya le ofrecieron un contrato por editarla. Ella aceptó, pero hasta ocho años después no salió.

La científica Margarita Salas

Esta bioquímica asturiana no sólo es una de las cinco mujeres de nuestra Real Academia Española, sino la única científica que hay en ella. "Supongo que si me han elegido será para reforzar el espacio científico en los trabajos que se hacen en la Academia y para colaborar con mis colegas científicos", señaló Margarita Salas (Canero, Asturias, 1938) en 2001, cuando fue elegida para ocupar la vacante del poeta José García Nieto.

Biología molecular: Discípula de Severo Ochoa, esta pionera fue también la primera científica que realizó investigaciones en España sobre biología molecular.

La filóloga Inés Fernández Ordóñez

Catedrática de Lengua en la Universidad Autónoma de Madrid, Inés Fernández Ordóñez (Madrid, 1961) no sólo ha sido la primera filóloga en acceder a la Real Academia Española sino también la más joven. A sus 47 años fue elegida para ocupar el sillón p, antes del fallecido poeta Ángel González. Su candidatura fue la única que se presentó y fue propuesta por José Antonio Pascual, Margarita Salas y Álvaro Pombo.

Más mujeres: "Debe reflejar [la Academia] proporcionalmente lo que es la realidad de la sociedad, donde las mujeres tienen un papel mayor", reconoció tras su elección, en 2008.

La última en llegar: Soledad Puértolas

¿Se imaginó académica alguna vez?

No son cosas que se imaginen habitualmente. La vida plantea innumerables problemas y mi mayor sueño ha sido, y es, mantener activa la imaginación literaria.

¿Cómo vivió que la propusieran?

Me sentí sorprendida y muy agradecida a las tres personas que me propusieron a la RAE: Luis Mateo Díez, Carmen Iglesias y José Antonio Pascual. Fue un regalo inesperado.

¿Qué le parece la poca presencia femenina que hay en la RAE?

La RAE fue fundada en el siglo XVIII, en 1713, si no me equivoco, y sus miembros fundadores son todos hombres. Es evidente que los cambios van despacio.

¿Qué le gustaría a usted aportar?

Como todo creador, mi relación con la lengua es muy intensa, es mi herramienta. Creo que los creadores aportamos esa específica, distinta para cada uno, relación con la lengua. A mí me gusta la naturalidad, la transparencia y el ritmo.

¿Cómo está trabajando su discurso de ingreso y por qué ha elegido como tema los personajes secundarios de El Quijote?

Lo difícil es escoger. Hay personajes que, siendo secundarios, cobran un gran protagonismo circunstancial. De otros, lo más interesante es la oportunidad que le ofrecen a don Quijote de mostrar una nueva faceta de su personalidad. En todo caso, los secundarios dan una gran verosimilitud a una novela y abren un mundo de sugerencias.

¿Cree que la Academia debería abrir un poco más sus puertas?

Tengo la impresión de que la Academia está ahora mucho más ligada al presente de lo que ha estado nunca. Creo que tiene ese empeño, ligarse a la sociedad.

El bandido doblemente armado (1979:) Fue su primera novela y ganó con ella el premio Sésamo. Queda la noche (1989): Esta novela le daría, diez años después, el premio Planeta. La vida oculta (1993): Con esta obra obtuvo el Premio Anagrama de Ensayo.

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