La XIII edición de los Premios Max de las Artes Escénicas pasará a la historia por la misteriosa "interferencia informática" –en palabras de un 'descolocado' coordinador, Óscar Miralles- que dio a conocer en Internet los nombres de los galardonados horas antes de lo previsto.

En torno a las siete de la tarde de este lunes, por error y durante unos nueve minutos, la lista se publicó en la web de la SGAE y su contenido no tardó en difundirse en los medios. Poco antes de que la ceremonia diera comienzo, puntual, en el Museo Reina Sofía de Madrid, el teléfono de Teddy Bautista, director de la entidad, echaba humo; no ayudaba tampoco la protesta, de una treintena de personas, a las puertas del recinto por los recientes despidos en la sociedad de gestión. Los rumores de todo tipo, no obstante, no lograron deslucir la cita con el teatro ni "quitar validez" a los premios, según se quiso insistir desde la organización.

Animalario fue la gran triunfadora. La compañía se hizo con 9 de las 12 estatuillas a las que optaba, 8 por Urtain. El drama biográfico sobre el célebre boxeador ganó manzanas en categorías como las de Mejor Autor Teatral en Castellano, Juan Cavestany; Mejor Director de Escena, Andrés Lima; Mejor Actor Protagonista, Roberto Álamo; y Mejor Actor de Reparto, Alfonso Lara. Los galardones a la Mejor Actriz Protagonista y de Reparto correspondieron a Blanca Portillo por Hamlet y Carmen Machi por Platonov, respectivamente.

Otros galardones

Por otro lado, Lluvia, de Eva Yerbabuena, fue elegido Mejor Espectáculo de Danza y Cabaré de caricia y puntapié, de El Gato Negro y el Centro Dramático de Aragón, Mejor Espectáculo de Teatro Musical. El acto transcurrió con normalidad, a excepción de alguna referencia desenfadada en los discursos al incidente. "Ya se sabía, es una pena", dijo la ganadora en la categoría de Mejor Coreografía, Sol Picó. "Esto va perdiendo chicha, parece que sólo existen los Goya, que son estupendos, y el flamenco, que es lo que más se exporta", remató.

La referencia política la hizo Alberto San Juan cuando recogió el Max para Animalario como Mejor Empresario o Productor Privado de Artes Escénicas. Aunque empezó diciendo, en tono jocoso, "no voy a denunciar nada", terminó pronunciando un breve alegato en defensa de la memoria histórica. "Es necesario hablar y tomar conciencia de lo vivido. Entonces sí se puede disfrutar del silencio de quienes se han atrevido a hablar", dijo en referencia al debate suscitado por la causa abierta contra el juez Garzón. Las grandes ausentes de la noche fueron la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, Blanca Portillo y la propia Yerbabuena.

Por último, uno de los momentos más emotivos de la ceremonia se produjo cuando Mario Gas recogió el premio a la Mejor Dirección Musical, concedido a su hermano mayor, el fallecido Manuel Gas, por el espectáculo musical Sweeney Todd. Eso, con permiso de Roberto Álamo y su "mamá, te quiero; ¿qué pasa, que no se puede decir?". Carmen Machi, por su parte, subida a unos infinitos tacones, abrazó a medio auditorio. La gala estuvo amenizada por música popular y clásica en directo y un grupo de actores que encarnaban a Lorca, Mihura o Xirgu, entre otros. Carlos Hipólito condujo el show con sobriedad y elegancia y prometió, para futuras ocasiones, "magnificencia".