Según informó la Fiscalía, el primero de los acusados decidía el destino de los estiércoles y purines producidos por los cerdos y terneros que se criaban en la explotación, mientras que el segundo realizaba los vertidos a cambio de dinero.

En el escrito de calificación se señala que tras la colmatación de una sima en la zona de los Pindales, los vertidos se realizaron en otras dos zonas, una hondonada a unos 300 metros de la anterior, y una segunda área donde ha perecido toda la vegetación.

La cantidad de purines vertidos a la semana en esos emplazamientos es de unas veinte cubas semanales, con una capacidad de 4.000 litros cada una, lo que supone unos 80.000 litros semanales y 4.160.000 litros al año. Además, y siempre según esta fuente, los repetidos vertidos continuaron produciéndose hasta, al menos, el 11 de septiembre de 2008.

La zona afectada pertenece a la denominada masa de agua subterránea Llanes- Ribadesella, y afecta al denominado Acuífero Costero de Ribadesella, y, en concreto, a la Formación Valdeteja que constituye un acuífero "potencialmente importante debido a la notable permeabilidad por fisuración y karstificación", según el fiscal.

Para el Ministerio Público, los vertidos "tienen la capacidad potencial o aptitud de crear un grave riesgo para el medio ambiente y para la salud de las personas ya que el terreno en donde se realiza el vertido es de naturaleza kárstica, con multitud de dolinas, sumideros y conductos subterráneos".

El fiscal los acusa de un delito contra los recursos naturales y el medio ambiente y pide para cada uno de ellos una pena de tres años de prisión, multa de 16.200 euros a pagar durante un año y medio con una cuota diaria de dieciocho euros e inhabilitación especial para la profesión de criador de ganado durante dos años.

Además, De la Riva reclama que los acusados retiren los estiércoles y purines en las zonas de vertido o que abonen el coste de la limpieza de dichas zonas, con la responsabilidad civil subsidiaria de la empresa Productos Agropecuarios Parma.