Los arrestados, 11 de nacionalidad rumana y uno española, se dividían en distintos subgrupos para desarrollar diferentes funciones dentro de la organización. Así, solo tres integrantes conocían la ubicación exacta del trastero, y dominaban el 'software' informático necesario para las clonaciones.

El 'modus operandi' consistía en que algunas personas se enviaban las numeraciones de las tarjetas originales a través de internet; cuando otros contaban con esta información, se desplazaban hasta el laboratorio y, una vez allí, uno de ellos ejercía funciones de contra-vigilancia para alertar de cualquier hecho extraño.

Las clonaciones eran creadas mediante el uso de 'software' y 'hadware' especializados. Los datos originales del titular —de personas de fuera de España— eran volcados a través de pegatinas 'transfer' y modificados con la filiación que utilizaban los 'pasadores'. Estos últimos se encargaban de efectuar el mayor número de compras posible de todo tipo de bienes —ropa, cámaras de fotos, ordenadores, teléfonos—.

En total, realizaron unas 30 compras de las que la Policía no ha podido concretar todavía el importe defraudado. El material que conseguían, lo almacenaban en un piso y luego lo vendían a un coste inferior, según puntualizó Castilla, quien matizó que los detenidos, para evitar cualquier sospecha, incluso lijaban las tarjetas creadas para que parecieran usadas.

La operación comenzó en noviembre del pasado año, tras percatarse de que había varias personas que podían estar comprando material en Valencia de manera fraudulenta. Los agentes descubrieron que se trataba de un grupo delictivo e identificaron a todos los componentes y localizaron sus domicilios, el laboratorio y los lugares en los que guardaban los efectos adquiridos.

Establecieron un dispositivo policial enfocado a la detención simultánea de todos los integrantes de la organización e integrado por las distintas unidades que habían formado parte de la investigación. Además, solicitaron la intervención de los Grupos Operativos Especiales de Seguridad (GOES), debido a las características integrantes de la red.

El operativo culminó con la desarticulación del grupo y la incautación, en siete registros, de 25 tarjetas falsificadas y 126 soportes de tarjetas en blanco, así como el material informático utilizado, un rifle y diversos bienes adquiridos fraudulentamente.

Los agentes detuvieron a 12 personas, con residencia en Valencia capital. Del total, tres quedaron en libertad tras ser escuchados por la Policía Nacional, mientras que los otros nueve ingresaron en prisión, según Castilla.

En total, en la investigación intervinieron agentes del Greco Levante de la Comisaría General de la Policía Judicial; de la UDEV de la Brigada Provincial de la Policía Judicial de Valencia; de la UCRIF Central de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras; y del Grupo de Policía Judicial de la Comisaría Local de Burjassot, con la colaboración de los GOES de la Jefatura Superior de Policía de Valencia.