Tomás Morales protagonizará la edición del Día de las Letras Canarias en 2011

El Consejo de Gobierno de Canarias ha aprobado hoy dedicar el Día de las Letras Canarias del año 2011 a Tomás Morales (Gran Canaria 1984-1921). La elección de este preclaro canario supondrá un especial reconocimiento a su prestigioso trabajo intelectual como escritor.

Tomás Morales será así el protagonista de la celebración que tendrá lugar el 21 de febrero de 2011 y del amplio programa de actividades que se desarrollarán en todas las islas en los días anteriores y posteriores a esta fecha, diseñado por la Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas, según informó el Ejecutivo regional tras su reunión en Las Palmas de Gran Canaria

Con la celebración del Día de las Letras Canarias y la elección en cada edición de un escritor, el Gobierno de Canarias cumple con el objetivo de reconocer la labor llevada a cabo históricamente por los autores canarios, homenajeando a todos aquellos que han sido partícipes del nacimiento de la literatura canaria.

La Comunidad Autónoma de Canarias, con este homenaje, "se reconoce y se afirma en los valores que sus hombres y mujeres han sembrado, y que son los que han ido forjando la identidad y cultura de las islas", según el Ejecutivo regional.

Natural de moya

Tomás Morales Castellano nació el 10 de octubre de 1884 en la villa de Moya (Gran Canaria). A los seis años se desplazó a Las Palmas de Gran Canaria para cursar estudios en el reconocido colegio de San Agustín; allí coincidió con los que luego serán sus incondicionales amigos: Rafael Romero, el poeta Alonso Quesada, y el pintor Néstor Martín Fernández de la Torre, quien ilustró la edición de Las Rosas de Hércules.

Terminados sus estudios en la capital, se trasladó a Cádiz en 1900 y luego a Madrid en 1904, a cursar Medicina, profesión que ejercerá como médico de familia en Agaete.

Por estos años ya había leído y gustado de los clásicos Catulo, Ovidio, y de ahí esa facilidad para la elocuencia, para la palabra concreta, justa, y para el uso de determinados versos como el exámetro o el alejandrino.

Sus primeros poemas aparecen publicados en la prensa, en 1902. Es en la capital de España donde entra en contacto con los poetas modernistas Salvador Rueda y Francisco Villaespesa.

Tomás Morales asiste también a las tertulias literarias de los cafés o de algunos salones como el de Colombine, Carmen de Burgos, y conoce a Fortún, a Enrique Díez -Canedo y a González Blanco, entre muchos otros. Pronto es bien acogido y reconocido en los cenáculos literarios y sus trabajos poéticos empiezan a leerse en las revistas de la época.

Su primer libro, Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar, se edita en 1908 y será aclamado por la crítica, que descubre a un poeta joven (24 años) con unas señas muy nuevas y distintas.

Una lírica que muestra otros hálitos y sentimientos, un tanto alejada de los sentimientos personales y de la realidad rimada del Romanticismo, una expresión lírica que tiende a lo universal, a cantar con musicalidad lo bello.

Entre 1908 y 1910, Tomás Morales concluyó Medicina y se dedicó a dar a conocer sus versos. Regresó a Gran Canaria y se instaló en su pueblo natal.

En 1910 recibió el primer Premio en los Juegos Florales de Las Palmas de Gran Canaria, y luego se instaló en Agaete, donde se casó con Leonor Ramos Armas en 1914, y donde ejerció como médico de cabecera.

En 1919 se trasladó con su familia a la capital, a la vez que hizo su entrada en la política, concretamente en el recién creado Partido Liberal Demócrata. Fue elegido consejero y ostentó la Vicepresidencia del Cabildo de Gran Canaria.

Deslumbró a escritores y críticos

Son los años de los reconocimientos y de los homenajes. Pero su salud se resintió y falleció el 15 de agosto de 1921, en su casa de la calle Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria.

Tomás Morales deslumbró a escritores y a críticos con la publicación de su primera obra, Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar (1908), editada, según el profesor Oswaldo Guerra, al cuidado del administrador de la Revista Latina, Magdaleno de Castro, en la imprenta Gutenberg, con domicilio en la calle Jacometrezo nº 80 de Madrid. El poeta sorprende al abordar temas conocidos con otra mirada, con otro enfoque y particularmente con otro lenguaje.

Tomás Morales es artífice de un verso impregnado de atlantismo. Le inspira el mundo grecolatino, el cosmopolitismo y la configuración cultural de las islas, y especialmente el mar, "ese mar atlántico que lame nuestros puertos y nos lleva con sus hombres a las Antillas", recalca el Gobierno canaio.

El poeta escribe también una pieza teatral en prosa, que es representada en 1910 por la Sociedad de "Los Doce", y que en 1955 es publicada con un estudio por el profesor Sebastián de la Nuez.

A finales de 1919, el escritor tiene preparado todo el material que conformará Las Rosas de Hércules (libro II), cuidada edición a cargo de la Librería Pueyo de Madrid. El libro, con prólogo de Díez-Canedo, lleva cubiertas diseñadas por el pintor Néstor Martín Fernández de la Torre; guardas de José Hurtado de Mendoza y viñetas interiores de los hermanos Miguel (arquitecto) y Néstor Martín Fernández de la Torre.

Pero en la mente modernista del escritor ya se urdía la formación de un proyecto que habría de traducirse en la edición de una obra unitaria, que reflejara la totalidad de su universo poético, impresión que comprendería el libro editado en 1908, Los Poemas de la Gloria, del Amor y del Mar, corregido y aumentado con sus últimos trabajos. No llegó a conocer esta edición, que salió a la luz en 1922 impulsada por su esposa y al cuidado de alguno de sus amigos.

De este proyecto, titulado Las Rosas de Hércules (libro I), dice el profesor Sánchez Robayna que "puede explicar algunas importantes cuestiones relativas a su lengua poética", es decir, que se edita un corpus poético elaborado en la primera década del siglo, que responde a los cánones de esa época, y no a la fecha de su impresión.

Gusto por los clásicos

La poesía de Tomás Morales da cuenta de su gusto por los clásicos pero también de sus lecturas e influencias de parnasianos y simbolistas, de Darío y de otros modernistas. Para Villaespesa "es el más fuerte de todos los poetas jóvenes de España, el más culto, el de ritmo más amplio y el de la paleta más fastuosa", para Salvador Rueda la poesía de Tomás Morales tiene "realidad, amplitud, grandeza, arrebato épico, y un modo de lanzar la imagen que es lo que caracteriza más a los poetas, tiene cierta pujanza de cíclope".

Encontraremos en Morales, el color, la música, las descripciones, la luz, lo cotidiano, la ciudad, las calles, el barrio de Vegueta, el puerto, el mar, pero siempre buscando, como expresó Ramiro de Maeztu, "el valor profundo de las cosas que aparentemente valen poco".

En definitiva, una nueva manera de hacer poesía, alejada de la estética del Romanticismo y de la Escuela Regional de La Laguna. Con la poesía de Tomás Morales, Canarias entra en el Modernismo; le seguirán Alonso Quesada y Saulo Torón.

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