"Llevamos 15 años desde el sector denunciando todo este tema —el de la plagas—. Es debido a la falta de control en puertos y aeropuertos. Lo hemos puesto de manifiesto. Hay unas mafias en Canarias dedicadas a la entrada de productos de África y de Latinoamérica en la que vienen con plagas porque allí no se utilizan productos ni se llevan a cabo controles fitosanitarios", dijo.

De esta manera, apuntó que lo que está claro es que Canarias debería tener scáneres en los puertos de Gran Canaria y Tenerife para controlar todas las mercancías que entran. "Mientras eso no se ponga —añadió— no hay posibilidad de controlar lo que entra".

Goiriz recordó que otras plagas han comenzado por situaciones tan simples como que una mujer que vino de Venezuela con unas papas, las plantó en La Palma y, de ahí, se propagó por el resto de islas, mientras que entendió que en la actualidad no hay productos en el archipiélago que no tengan ya su plaga.

"El problema es que aquí no hay depredadores, por lo que los bichos que crean las plagas se mantienen, se aclimatan y viven mejor que en su país de origen. Es la gran asignatura pendiente de la agricultura canaria porque, a pesar de los esfuerzos que realizan los agricultores no podemos luchar con los puertos porque no es competencia nuestra. Hemos repetido a las autoridades competentes que no se puede tener un servicio de inspección de funcionario", declaró.

El portavoz recordó además que este año el tomate ha perdido un 40 por ciento de su producción por culpa de las plagas de la 'Tuta absoluta', señalando que los agricultores canarios, en general, tiene una competencia "impresionante" con los países de la cuenca del mediterráneo, por lo que entendió que hay que apostar por la agricultura de las islas.

"Me niego —continuó— a que esta agricultura, que ha sido cauce de riqueza en las zonas donde se planta, tengamos que abandonarla. Está claro que estamos pasando un momento muy delicado. Yo creo que el momento de la agricultura canaria es la peor que ha tenido en los últimos 50 años porque todo se nos ha unido. El sector quiere apostar por el futuro porque hay posibilidades de mantener esta actividad, aunque no en los volúmenes que teníamos hace unos años".

Aquí, mostró que antes del 'virus de la cuchara' había un total de 400.000 toneladas de productos hortofrutícolas del tomate, por casi 200.000 toneladas en la actualidad, una cifra "bastante delicada".