El 3% de las amenazas vertidas en la Red entre grupos ultra se materializan en la calle

"¿Y los antifascistas, dónde están? Sigo esperando la patiza [pateadura] que me prometieron. Putos rojos sin pelotas. Saben donde encontrarme". Lo anterior es uno de los muchos enfrentamientos que los grupos radicales mantienen en Internet, al que ayer tuvo acceso 20 minutos, y que cada vez con más frecuencia se dirimen a pie de calle o en los vagones del metro.

"Uno o dos años atrás eran simples amenazas en la Red que no iban más allá, pero ahora un 3% de ellas se materializan, sobre todo a raíz de la expansión de Internet", explicaba este miércoles David Madrid, investigador de la escuela de formación del Sindicato Unificado de Policía (SUP) y experto en tribus urbanas.

Palomino, el detonante

Raúl y Aitor (protagonistas del vídeo de la brutal agresión ocurrida el pasado 12 de marzo en un vagón de metro de la estación de Delicias) son un buen ejemplo de la magnitud que el odio ideológico alcanza en la Red.

Un odio que está "disparado", según explica Esteban Ibarra, del Movimiento contra la Intolerancia, que contabiliza hasta 200 webs donde se incita con "impunidad" a la xenofobia y al odio ideológico, "la antesala de la violencia", dice. La Policía estima que sólo en la región hay alrededor de 5.000 radicales, entre los que habría que contar a Raúl (antifascista confeso) y a Aitor (presunto simpatizante de la extrema derecha).

Tras la agresión, ambos negaron a la Policía que se conocieran. Pero su versión resultó no ser del todo cierta. No sólo se identificaban, sino que la brigada de información de la Policía los tenía 'fichados'. Sabían de su "animadversión" ideológica en la Red y que estaban picados.

Un pique que se remonta casi tres años atrás, cuando el joven de 16 años Carlos Palomino murió a manos de un militar de extrema derecha. Ese crimen también ocurrió en un vagón de metro. También en la línea 3, en la estación de Legazpi.

Mavi Muñoz, la madre de Palomino, negaba este miércoles a este periódico que esta nueva agresión tenga un componente ideológico como ocurrió con su hijo y situaba el enfrentamiento en un plano más personal. Lo mismo que ha mantenido siempre el agresor: se mofó "de un amigo que está muerto".

Lo que sí mantiene Mavi Muñoz es que Raúl respondió a una provocación muy concreta. "Jódete, que el pollo [Carlos] está muerto", le habría espetado Aitor a Raúl. Aunque no revela de dónde procede esa información y mantiene que no identifica a Raúl como amigo de Carlos.

Lo que parece cierto, según fuentes policiales, es que cada vez es más difícil identificar a unos y otros. "Sus estéticas confluyen y hay que atender a otros elementos como los polos que visten, las mochilas que llevan, las hebillas y las insignias", explican.

Ocho víctimas mortales

Los grupos radicales, ultras, skin heads o neonazis son responsables de ocho agresiones mortales en España desde 1991, cuatro de ellas en Madrid y el resto, en Barcelona. La primera víctima madrileña fue Lucrecia Pérez, una inmigrante dominicana asesinada en 1992. El suyo fue el primer crimen "racista" oficialmente reconocido como tal. En 1995 moría en Costa Polvoranca el joven Ricardo Rodríguez a manos de un grupo de punkis. Aitor Zabaleta, un aficionado de la Real Sociedad, fallecía en 1998 por las heridas de arma blanca recibidas tras un partido en el Vicente Calderón. Carlos Palomino murió en 2007.

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