La pareja acusada de vender heroína a un toxicómano que falleció al consumirla cumplirá un total de ocho años de prisión por delitos de tráfico de drogas y homicidio imprudente, después de admitir hoy los hechos de los que se le acusaban.

Estas penas son inferiores a las que inicialmente solicitaban para ellos el Ministerio Fiscal y la acusación particular, que inicialmente pedían siete años de prisión para M.A.T. por un delito contra la salud pública y un homicidio imprudente; y para su compañera sentimental, G.P.R. de cuatro años sólo por el tráfico de drogas.

Pero en virtud del acuerdo alcanzado la pena para él se reduce de los siete a los cinco años de prisión, al aplicarse la atenuante de drogadicción; y la que sufrirá ella pasa de cuatro a tres.

Se mantienen para ambos las respectivas multas de 900 euros, y la indemnización que se reclamaba para él, por un importe de 155.090 euros a los herederos del fallecido, que vivía con su madre y su hermana y tenía un hijo de cinco años.

Ambos comparecieron hoy ante la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Cantabria, en un juicio que quedó visto para la sentencia, que será de conformidad con lo acordado hoy.

A la vista acudieron familiares y amigos tanto de los acusados como del fallecido, que protagonizaron distintos enfrentamientos y se lanzaron insultos y amenazas, tanto antes como después del juicio.

"Las vas a pagar", le dijo la madre del fallecido al condenado cuando abandonaba el lugar, mientras que familiares del acusado insinuaron que la responsabilidad de los hechos le correspondía a la compañera sentimental, condenada sólo por el tráfico de drogas y no por el homicidio imprudente, en lugar de a él.

Parada cardiorrespiratoria

Según relataba el Ministerio Público, los dos procesados, M.A.T.G. y G.R.P.R., se dedicaban durante la primera mitad del año 2008 a la elaboración y venta de dosis de droga, especialmente heroína, que vendían en diversos lugares de Santander.

El 22 de mayo de 2008 el hombre, M.A.T.G., vendió en las inmediaciones de la Iglesia de San Francisco, en Santander, medio gramo de heroína de una "importante pureza" a dos toxicómanos a cambio de 30 euros. Ellos le pagaron 20 euros y le dejaron como prenda unas gafas y su funda, como garantía de que le pagarían la cantidad restante.

Tras la compra, los dos toxicómanos se dirigieron a las escaleras del Pasaje de Peña. Uno de ellos se inyectó primero la dosis y comenzó a temblar. Sufrió una parada cardio respiratoria y, aunque pudo ser reanimado, murió días después en Valdecilla, el 2 de junio.

El fallecido tenía 27 años y vivía con su madre, viuda, y su hermana. Además, tenía un hijo de cinco años fruto de una relación sentimental ya terminada.

Tras el suceso, la Policía detuvo al vendedor de la heroína y a su compañera sentimental, a los que incautaron diferentes cantidades de droga y sustancias de corte, junto con otros utensilios propios del tráfico de droga, una pistola y un revólver de fogueo. La droga intervenida tenía un valor de 320 euros.