El imputado, único de las nueve personas que se sientan en el banquillo de los acusados que testificó hoy, reconoció que él y S.A.V. -a quien la Fiscalía considera como el otro responsable del fallecimiento de M.T.T.- intentaron robar al hostelero para tratar de paliar las deudas económicas que les acuciaban, aunque negó en todo momento que le asestara los golpes que provocaron la muerte de la víctima cinco días después de la agresión.

Por este motivo, su defensa solicitó para él una pena de tres años y medio de prisión por un delito de robo basándose en su declaración de que no agredió al hostelero. El fiscal, por su parte, cree que los hechos constituyen un delito de homicidio y otro de robo con violencia, por los que pide una pena de 20 años para I.V.M. como presunto autor material del crimen junto a S.A.V.

En concreto, tanto la Fiscalía como la acusación particular sostienen que estos procesados planearon robar al empresario, por lo que le esperaron a la víctima en su garaje y le agredieron con una barra de hierro para llevarse el dinero en metálico que llevaba, 1.800 euros, tras lo que informaron a los otros imputados de lo sucedido y abandonaron el país hasta que fueron detenidos en Hungría.

Sin embargo, en su declaración I.V.M. exculpó a las tres mujeres que se sientan en el banquillo acusadas de un delito de encubrimiento -por el que se les pide una pena de tres años de prisión- y afirmó que todo lo relativo al atraco que planeaban se hablaba cuando ellas no estaban presentes para que no tuvieran conocimiento de lo que iban a hacer.HECHOS

El relato de hechos señala que la víctima, de 49 años y propietario de un bar, fue abordado sobre las 03.00 horas del 22 de mayo de 2007 en garaje cercano al negocio, donde iba a coger su vehículo tras finalizar su jornada laboral.

Los dos principales sospechosos, tapándose sus rostros con pasamontañas, le pidieron que les entregara la recaudación, unos 1.800 euros, algo a lo que se negó, por lo que golpearon con una barra de hierro de un metro de longitud y 1,5 centímetros de diámetro en la cabeza y en la espalda, lesiones a consecuencias de los cuales el hombre murió varios días después.

Según el escrito de acusaciones, el robo y la agresión fueron planeados por todos los acusados, a partir de la información que facilitó uno de ellos, que conocía los hábitos de la víctima por haber trabajado como camarero en el establecimiento que regentaba.