"Siempre estaba pensando en lo poco que le quedaba para jubilarse"

  • Los compañeros del taxista asesinado a tiros en Salamanca lo recuerdan como "una bella persona".
  • Ángel Sánchez Anaya, de 60 años, tenía cinco hijos y dedicaba gran parte de su tiempo a cuidar de su mujer, muy delicada de salud.
  • El fallecido era natural de Sequeros y pasaba gran parte de las vacaciones en Villanueva del Conde.

La muerte a tiros del taxista Ángel Sánchez Anaya, de 60 años, ha dejado conmocionados a sus compañeros salmantinos.

Uno de sus compañeros, J. M. Fuentes, recordó que lo que le sucedió a Ángel podría haberle pasado a cualquiera de ellos, porque se trata de una profesión que calificó como de "muy insegura", al recoger a "todo tipo de delincuentes" en su vehículo.

En Salamanca, apunta un compañero del taxista, todos se conocen, por lo que la pérdida los ha "sobrecogido". De Ángel Sánchez afirmó que era "una bella persona" y sobre todo "muy currante". Ángel Sánchez Anaya llevaba siete años de taxista y antes había trabajado de pescadero y peón de albañil para sacar adelante a sus cinco hijos.

Luis Lázaro, vicepresidente de Radioteletaxi de Salamanca, confirmaba a 20minutos.es la conmoción que ha supuesto la noticia en Salamanca. "Somos como una familia. En la ciudad hay 200 taxis y nos conocemos todos", y prosigue "Ángel era una gran persona, siempre pendiente de su mujer, que está muy delicada de salud, de hecho siempre hablaba de lo poco que le quedaba para jubilarse y poder atenderla mejor. Creo que anoche cuando ella se enteró de la noticia le dio una especie de amago". Y concluye con tristeza: "Hasta ahora siempre decíamos que en Salamanca nunca pasaba nada y ahora tenemos esta noticia que tenemos que asimilar".

Sus familiares también recordaban a hoy a Ángel como una gran persona y un ejemplo para muchos de sus allegados, así como fue alguien "muy querido" tanto en la localidad salmantina de Sequeros, de donde era natural, como en Villanueva del Conde, de donde es su mujer y solían acudir a pasar periodos de vacaciones.

En esta jornada de luto, los taxistas aguardaban en sus vehículos la llegada de un cliente y en las paradas no se veían las reuniones entre compañeros, que en otras ocasiones son habituales, porque casi nadie quería hablar de lo sucedido.

Otro taxista explicó que la zona donde ocurrió el suceso, La Salle, es un lugar conflictivo, donde ya han tenido problemas, aunque confesó que aún así, Salamanca es una ciudad tranquila y por ese motivo no son partidarios de mayores medidas de seguridad, como las mamparas para protegerse de agresiones.

Para el miércoles, los taxistas realizarán un paro nacional de 30 minutos en solidaridad con el compañero asesinado en Salamanca.

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