Orín y suciedad en decenas de quioscos abandonados en la capital

  • En los últimos años un total de 450 han cerrado, pero muchos siguen en la vía pública.
  • Los vecinos los ven como un estorbo que afea y un foco de infecciones.
Varios transeúntes rodean un quiosco cerrado en la calle Eduardo Maristany (Villaverde).
Varios transeúntes rodean un quiosco cerrado en la calle Eduardo Maristany (Villaverde).
JORGE PARÍS
Varios transeúntes rodean un quiosco cerrado en la calle Eduardo Maristany (Villaverde).

Están abandonados, ocupan la vía pública y son un foco de insalubridad. Se trata de los quioscos de prensa que han cerrado en los últimos años en la capital (alrededor de 450) y muchos de los cuales permanecen sin retirar de las aceras, según reconoce la asociación de Vendedores Profesionales de Prensa de Madrid. Y es que, de los 1.300 quioscos que llegó a haber, quedan 850 abiertos. Y 600 más en el resto de la región.

Los ciudadanos son los que más sufren en paciencia la presencia en las calles de estos armatostes inservibles. "Los indigentes lo abren, orinan o meten sus cosas dentro", se queja María García, una vecina de Arganzuela que padece "desde hace al menos siete años" el armazón que resiste en p.º de las Acacias, 12.

"Son un foco de orines, grafitis y carteles", corroboran desde la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos de Usera, que saben bien que el problema no se reduce a calles pequeñas o poco transitadas. Al contrario. "Hay uno abandonado en la Plaza Elíptica, y otro, en la calle Mirasierra, cerca del metro, que lleva cuatro años cerrado". Por eso piden que se reabra y revitalice el barrio o se retire.

Centro sí resiste

Los quiosqueros tienen claro cuáles son los distritos que más cadáveres han dejado por las aceras: Usera, Carabanchel, Hortaleza y Moratalaz. Por el contrario, los negocios que mejor capean el temporal son los de Centro, Salamanca, Chamartín y Chamberí.

La ordenanza municipal obliga al dueño de un quiosco a retirarlo de la calle si no lo vende o traspasa. Y si no lo hace, actúa el Ayuntamiento. Pero desde la empresa KPM (líder del sector en Madrid) explican que esto tiene un coste de hasta 1.000 euros, "por lo que muchos esperan a que les obliguen". En 2009, ellos sólo retiraron 10 de la vía pública.

Desde el Ayuntamiento de Madrid aclararon este jueves que la ordenanza sí se está aplicando y que todos los quioscos cerrados tienen sus expedientes abiertos. La tardanza en retirar algunos se debe únicamente al proceso administrativo.

Quieren vender profilácticos

Una nueva ordenanza aprobada en 2009 permite a los quioscos ampliar su mercado de negocio. Es una forma para volver a revitalizar los barrios y evitar que los armatostes metálicos queden abandonados y afeen las calles. "Ahora podemos vender productos de papelería, juguetería, tabaco, bebidas y queremos incorporar preservativos", explicaron los quiosqueros. Ellos achacan la crisis del sector "a Internet" y a la desaparición de costumbres como "los coleccionables".

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