Beiras, que apuesta por una "intervención que sanee cada una de las entidades", constató que el "aparato político" permanece "sin derecho a participar ni hablar" en la negociación entre las dos direcciones de las cajas, que "condujeron al gran problema" que viven los entes crediticios en este momento.

"Si yo estuviese en el Parlamento, montaba un cirio o me marchaba. Me daría vergüenza", reveló el que fue portavoz nacional del Bloque y miembro de la Cámara autonómica entre 1985 y 2005. Así, rechazó que primero se vea "indispensable controlar un proceso y se firme un acuerdo y, después, se acepte ser el invitado de piedra".

A este respecto, vinculó la actitud del presidente de la Xunta en el proceso de diálogo de las cajas con la venta de un paquete de acciones de la empresa gallega de telecomunicaciones R y reprobó que Alberto Núñez Feijóo se limitase a afirmar que "era una mala noticia", como "si fuese un tertuliano".

"¿Dónde está el gobierno, si existe? ¿Dónde la oposición? Hay un desierto", concluyó el líder del Encontro Irmandiño, corriente crítica con la dirección del BNG y que, precisamente, con sus críticas al impulso de una fusión, contradice la defensa que hace de ella la postura oficial de la formación frentista.

Xosé Manuel Beiras mantuvo que "la fusión no es la solución" y aseguró que, ahora, "se van a empezar a ver los efectos", incluidos los laborales, que tendrá la eventual unión de las dos cajas gallegas. Para el portavoz del EI, los poderes públicos "deberían intervenir para sanear cada una de ellas", porque en ellas "tienen que decir" los gobiernos autonómico, local —en su caso— y las diputaciones.