Luis Álvarez, un español en Brodway

  • Fue el primero en montar un gran musical en Broadway, en llevar otro de gira por España, en asociar una marca al nombre de un teatro...
  • Y su éxito empezó con un fracaso...
Luis Álvarez triunfa fuera de nuestras fronteras.
Luis Álvarez triunfa fuera de nuestras fronteras.
Yellowmedia
Luis Álvarez triunfa fuera de nuestras fronteras.

El día que Luis Álvarez comentó que quería estrenar en el Madison Square Garden, quienes se sentaban junto a él a la mesa no pudieron evitar reírse. Eso ocurrió hace nueve años. No podían ni imaginar que The 101 Dalmatians que coproduce este madrileño se estrenaría en el mítico recinto neoyorquino. Eso ocurrió el pasado 7 de abril.

Los medios españoles pronto se hicieron eco de que Álvarez se convertía en el primer productor español en montar un musical de gran formato en Broadway. Él prefiere definirse como "productor de sueños". Cumplió uno cuando adquirió los derechos mundiales de 101 Dálmatas, porque Cruella de Vil siempre le había parecido "la mejor villana del mundo". Antes había cumplido otros, como trabajar con Queen, una banda de la que era fan, al realizar el musical We will rock you.

En realidad, todo empezó por lo que él llama "un cúmulo de pequeñas decepciones". De pequeño quería ser artista y, por cuestiones familiares, se metió a torero. Hasta que un día se quedó paralizado delante del animal a causa del miedo. Entonces pensó que ponerse delante del público en un teatro sería parecido, y se hizo actor. "Veía que había compañeros mejores que yo, sentía que no era mi sitio", recuerda. El círculo se cerró cuando la madre de su hija se quedó sin trabajo. Para ayudarla, montó una compañía de teatro infantil. Empezó a ir tan bien que Álvarez dejó su trabajo como intérprete. Esa compañía es Wonderland Group, el grupo de entretenimiento detrás de los musicales de 101 Dálmatas, We will rock you, Fama el musical, Los productores...

Tras el éxito ("las cosas que he conseguido", lo llama él) se esconden cinco claves. Una actitud positiva, constancia, seriedad, hacer el bien a los que están alrededor y hablar claro. "Yo lo digo, quiero ser ministro de Cultura, me gustaría ocupar un cargo importante. Creo que puedo aportar muchísimas cosas a la gestión cultural en España", afirma.

En efecto, y aunque cree que la mejor universidad es la de la vida, domina el negocio de tal modo que gestiona 13 teatros en el mundo. El nombre de uno de ellos fue el primero que se asoció en España a una marca comercial. Llegaron a llamar a Álvarez de algún organismo público para decirle que incurría en un sacrilegio. "Estoy totalmente de acuerdo -les contestó él-, no cometamos este sacrilegio; pero el Teatro Calderón pasará a formar parte de la lista de los 57 teatros cerrados en Madrid en los últimos 100 años". Hoy, el Häagen-Dazs Calderón ya no llama la atención por su nombre, entre otros motivos porque tras él vinieron -sólo en la capital- el Teatro Rialto Movistar, el Compac Gran Vía, la sala Heineken...

También creó escuela por lo que respecta a sacar de gira un musical de gran formato. Desde que lo hizo con We will rock you, el modelo de negocio en nuestro país ha cambiado. "En Madrid lo hacemos para crear la marca y donde sacamos dinero es en la gira", explica, y pone como ejemplos los montajes de Mamma Mia! y Chicago.

Cualquiera se sentiría orgulloso. Álvarez asegura que lo que le enorgullece es haber permanecido fiel a sí mismo. Y sostiene que, en un trabajo en el que "el 80 o el 90%" de lo que se consigue depende de terceros, hay que ir siempre con mucha humildad. "Yo he sido muy arrogante -confiesa-. Con 18 o 19 años ya conseguí cosas importantes, y me creía el rey del mundo. Pero la vida es preciosa, porque cuando te crees algo, te pega un bofetón que te espabila". Por eso, cuando ve a alguien con responsabilidad de trato humilde, piensa: "Éste se lo ha currado pasito a pasito, sabe que hoy está aquí y mañana no".

Lo que hay que pagar

Con 36 años, Luis Álvarez es el productor teatral español más joven. Con 36 años, vive «en la calle más teatral de Manhattan», la 42. Allí se ha llevado a su hija, Daniela, a quien menciona como «el motor» de su vida y que estudia en el colegio de Fama, donde está «feliz» cantando y bailando. A ella y a su familia les dedica el poco tiempo libre que le dejan sus ocupaciones laborales. «Cuando tienes un trabajo como éste, cuando no te ata nada, decides irte a Nueva York y estás prácticamente dos años sin volver a España, es difícil tener amigos», explica. «Tienes conocidos y gente que dice que son tus amigos. Pero hay muchísimos momentos de soledad». Y en seguida matiza: «es el precio que hay que pagar».

Mostrar comentarios

Códigos Descuento