Para ello, esta iniciativa trabajará en aspectos como la comunicación, las emociones o la autoestima, entre otros.

La medida se ha decidido ante el aumento de separaciones y divorcios que se ha producido en los últimos años. Así, a nivel nacional, en 2009, se produjo una ruptura de pareja cada tres minutos y medio, según datos del Consejo General del Poder Judicial; pero desde la Dirección General de la Mujer advierten de que "el problema no está en el número, sino en el modo de afrontarlo".

"Se nos educa para vivir las rupturas sentimentales o familiares como un gran fracaso personal", explicó la directora general de la Mujer, Ana Isabel Méndez, quien lamentó que "persiste" la idea de que la pareja es el "único modelo posible", lo que hace depender, "en ocasiones en exceso", de los afectos hacia otras personas.

No obstante, aunque la ruptura provoca con frecuencia un gran sufrimiento emocional en ambos cónyuges, "se afronta de manera distinta por hombres y mujeres", lo que se explica por "los diferentes roles, afectividades y obligaciones que los sexos asumen culturalmente".

En el caso de las mujeres, según señaló,, "las dificultades emocionales del propio proceso, el sentimiento de soledad, de desamparo o de decepción", unidas a la responsabilidad de sobrellevar "solas" el peso de las obligaciones familiares, domésticas y laborales se traducen en "fatiga, estrés, depresión e incluso en malestar físico".

Apoyo mutuo

Por ello, la Dirección General de la Mujer quiere facilitar ayuda a quienes se encuentren en esta situación, y proporcionarles herramientas que les permitan vivir la ruptura que afrontan "con tranquilidad, seguridad, equilibrio y fortaleza", y la posibilidad de que se apoyen en la experiencia de quienes ya han vivido o están viviendo el proceso.

Así, una psicóloga y una educadora social, impartirán una primera fase, de 20 horas de duración, repartidas en 10 sesiones de 2 horas, en la que se trabajará la comunicación, las emociones, la confianza, la empatía, la autoestima, el duelo, la sobreimplicación y la asertividad.

A partir de estas primeras nociones, se formará entre las mujeres asistentes un grupo de apoyo mutuo, que les va a posibilitar intercambiar experiencias, problemas, dificultades, comprensión y ayuda, siempre bajo la supervisión de profesionales.