Sin embargo, su sufrimiento podría terminar hoy, cuando escuche el veredicto de la Comisión de Urbanismo convocada ayer con el objetivo de llegar a un acuerdo que detenga su sufrimiento.
Y es que, tras diez días manteniéndose sólo a base de agua, Pedro asegura: «De momento estoy bien, aunque he perdido peso. Todos los días viene un médico a verme un par de veces. Tengo bien la tensión y el azúcar. La verdad es que no se lo explica».
Según Pedro, este fenómeno sólo tiene una explicación. «Será por los rezos de toda la gente que me apoya. Todos los vecinos están conmigo y también gente de otros pueblos. Sus ánimos me dan fuerza», explica con emoción.
El problema de la reivindicación de Pedro consiste en que, para hacerla efectiva, el Ayuntamiento tiene que cederle unos terrenos de 300 metros cuadrados que lindan con la actual ermita y hacer edificable un solar de 2.000 metros propiedad de la parroquia para financiar la obra (antes de 1991 era edificable).
Sin embargo, el Gobierno en minoría (PP) y oposición (EU, PSOE, Bloc e IEM) no se ponen de acuerdo. Pedro, harto de esperar y de estar en una miniermita con goteras, se ha puesto en huelga. Cuenta que tomó esta decisión «porque vi que dialogando no avanzaba, para animar a la gente a que luche por las cosas y para presionar a la oposición y que piensen en el bien de los ciudadanos».
Sin embargo, hay quien piensa que pretende lucrarse con la recalificación, por ejemplo, el partido Esquerra Unida, que le acusa de adoptar una actitud chantajista.
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