Como ya avanzó 20 minutos, el Ayuntamiento empezó a usar en septiembre un pequeño coche, de la marca Smart, que, provisto con varias cámaras fotográficas, recorría el carril-bus captando imágenes de los vehículos que lo invadían. En pocos días, el infractor recibía en casa la correspondiente sanción económica (que oscila entre 90 y 150 euros).

El pequeño coche ha puesto verdadero empeño en dejar libre el carril reservado para el transporte público valenciano y en dos meses ha multado, de media, a 43 vehículos diarios. Concretamente, el Smart cazó a 1.425 conductores en septiembre y 1.173 en octubre (en agosto funcionó de prueba y no multaba).

Funciona de miedo

La Policía, en este tiempo, se ha dado cuenta de la efectividad del proyecto. «Se han reducido muchísimo las llamadas de Tráfico alertando de coches mal aparcados que taponaban el paso de los autobuses», comentan. Por eso anuncian que está previsto poner en marcha otro vehículo de similares características durante el año que viene.

Además de las sanciones, el Ayuntamiento ha puesto mucho énfasis en el carácter disuasorio de este tipo de minicoche, por lo que con otro vehículo se multiplicaría el impacto entre los conductores.

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Le han cazado cuatro veces

«Me han multado cuatro veces por pisar el carril-bus cuando entro a mi garaje». Por paradójico que parezca, Alfonso ha tenido que recurrir cuatro sanciones por invadir el carril-bus de la avenida del Cid, aunque, tal y como comenta a 20 minutos, tiene una explicación lógica: «no puedo circular por el carril más próximo a la acera porque hay coches en doble fila y si sigo por mi carril, tengo que cruzar tres de golpe para entrar en el parking, lo que es muy peligroso». La Policía dice que, si es así, anulará las multas.