El primero de los acusados, M. A. A. R., cuenta con numerosos antecedentes penales y fue el que, "ataviado con un peluquín postizo de color rubio, así como una perilla y bigotes postizos del mismo color", según consta en las diligencias fiscales, accedió al citado banco, a primera hora de la mañana del 18 de abril. Una vez en el interior intimidó a los empleados, "exhibiendo un revólver de color oscuro", y manifestando que era un atraco reclamó que le dieran todo el dinero.

Le entregaron la cantidad de 525 euros en billetes de cinco euros. Posteriormente, reclamó abrir el reciclador y le informaron de que no era posible. Amenazando con el arma a trabajadores y clientes les obligó a entrar en un despacho mientras él abandonaba la sucursal. Se dirigió a un vehículo, en el que le esperaba M. A. G. R., quien ya le había llevado hasta allí y, previamente, había cogido la furgoneta, propiedad de un hermano suyo.

Los dos hombres se trasladaron a Lugo de Llanera, a la casa del segundo de los acusados. Al día siguiente se trasladaron a Bilbao, en el mismo vehículo, donde se separaron. El 28 de mayo de 2008, estando de acuerdo los dos implicados, M. A. A. R. adquirió, en un concesionario de Huelva, haciéndose pasar por el otro acusado y falsificando, para ello, documentación y su firma.

Esta no era la única identidad que suplantaba, sino también la de otro hombre, que había denunciado el hecho hasta en tres ocasiones, según la versión del fiscal. Se valía de ella para conexiones telefónicas, para hacer un giro de 800 euros al otro acusado y pagar el seguro del coche adquirido en Andalucía.

Dos días después de haber comprado el coche M. A. A. R. fue detenido y, durante el registro que se realizó en su domicilio la policía encontró el arma utilizada, supuestamente, en el atraco de Corvera, un revólver Taurus, fabricado en Brasil, y del que no tenía permiso. También encontraron los objetos que usó para que no le identificaran cuando entró en el banco, una placa de policía a nombre del hombre cuya identidad suplantaba, así como casi 3.000 euros que, supuestamente, adquirió de forma ilícita.

El fiscal imputa a los dos acusados un delito de robo con violencia o intimidación a personas y un delito de falsedad en documento oficial. Además, en el caso de M. A. A. R., en la que existe el agravante de reincidencia, es acusado también de un delito de tenencia de armas y otro de usurpación del estado civil. Por ello, el fiscal le reclama once años de prisión, así como el pago de una multa de 1.620 euros.

Su cómplice, M. A. G. R. se enfrenta a una pena de prisión de seis años y una multa de también 1.620 euros. Además, entre los dos acusados deben indemnizar al Banco Herrero con 525 euros.