Entre aplausos y alguna lágrima se ha inaugurado este domingo un plafón explicativo frente al parapeto del Camp de la Bota donde se realizaban los fusilamientos. "Hay que explicar lo que pasó. No es justo que se olvide", dice el presidente de la Associació ProMemòria dels Immolats per la Llibertat de Catalunya, Pere Fortuny.
Las ejecuciones del Camp de la Bota no sólo se produjeron durante la Guerra Civil (1936-39), sino que se alargaron hasta 1952. "Luego siguieron en Montjuïc, donde se recurrió al garrote vil", afirma Fortuny, hijo del alcalde de Mollet fusilado en 1939. El espacio se integra ahora en la Red de Espacios de Memoria Histórica.
‘Delito’ de rebelión
La entidad calcula que en este lugar, a caballo entre Sant Adrià y Barcelona, murieron "1.725 republicanos de una manera fría y calculada por orden del dictador Francisco Franco". Según el Departament de Relacions Institucionals, las ejecuciones en la capital en ese período llegaron a las 1.717 muertes, la mayoría en el Camp de la Bota. A casi todos (92%) se les acusó de un delito de rebelión militar o adhesión a ella, que es la nomenclatura que usaba la Dictadura (1939-75) para referirse a los defensores de la República (1931-36).
Es el primer acto institucional de recuerdo del Camp de la Bota, aunque, simbólicamente, es un homenaje a todos los represaliados de Catalunya", subraya Pere Fortuny. La inauguración coincide con la demanda contra el juez Garzón por intentar investigar crímenes del franquismo.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios