Psicólogos abogan por un servicio de terapia para parejas conflictivas antes de judicializar un caso de maltrato

Los psicólogos del servicio municipal de Palma de atención a personas maltratadoras dentro del ámbito de la relación de pareja recalcan la necesidad de iniciar un servicio de terapia que trabajara con las parejas conjuntamente antes de la presentación de una denuncia y de que se judicializara así el conflicto.

Los terapeutas Leticia Calle y Alfonso Reina, que trabajan para la Fundación Ires que presta este servicio para el Ayuntamiento de Palma, manifestaron, en declaraciones a Europa Press, que no existe un servicio público de estas características actualmente y que sería conveniente a fin de tratar casos de "violencia cruzada" en los que el conflicto de pareja es responsabilidad de ambos.

Calle comentó que, con la legislación vigente 1/2004, una vez presentada una denuncia contra una persona por maltrato de género queda prohibido el tratamiento conjunto de la pareja. Por ello, apuntó que sería necesario que hubiera un servicio que tratara a estas parejas antes de que el caso se convirtiera en un delito de violencia de género y no pudiera haber mediación posible.

Reina, por su parte, explicó que el hecho de que "una mujer abandone a su maltratador no significa que se acabe con el problema, ya que el agresor sigue por el mundo". Además, se da la circunstancia de que suelen ser personas "con facilidad para encontrar otra pareja" porque, "aunque puedan tener una apariencia de seguridad, en realidad son muy inseguros y dependientes y no conciben estar solos". Así, apuntó que "si no se modifica su patrón de conducta, va a seguir generando víctimas".

Calle señaló que en Ires trabajan en la rehabilitación de personas maltratadoras. Concretamente, tienen un servicio que se inició en julio de 2008 al que acude gente voluntariamente y otro que se puso en marcha en febrero de este año al que son derivadas personas a las que se ha impuesto la realización de un programa de reeducación como medida alternativa a la cárcel (personas con una pena inferior a dos años y que no tienen antecedentes penales).

Este tratamiento consiste en sesiones individuales y grupales en las que se trabajan las carencias de estas personas, que suelen ser mayoritariamente la dificultad para reconocer y expresar sus emociones (como pueden ser la rabia o la ira) y para solucionar conflictos que les llevan a utilizar la violencia para hacerlo, indicó el psicólogo.

Así, a través de dinámicas experienciales en las que se propone un juego y después se le busca el sentido, los terapeutas tratan de que las personas reconozcan sus problemas y se responsabilicen de ellos, a la vez que les dan herramientas para que puedan canalizar sus emociones sin recurrir a la violencia. Se trabaja así en la educación de las emociones y en la empatía para que aprendan a ponerse en el lugar de la otra persona.

Calle incidió en que sería importante reformular el concepto de violencia, ya que se asocia de manera común "a la bofetada o al moretón" y "no es tan simple". Para la psicóloga este problema va mucho más allá, "no sólo es violencia el hecho de hacer, sino también el hecho de no hacer", explicó.

"La estrategia del ahora me callo, no te hablo y te ignoro es una forma de violencia que a nivel psicológico merma la autoestima de la otra persona porque la hace sentirse inútil", comentó.

Por ello, la psicóloga propuso que habría que concienciar más a la gente sobre "la amplitud de la violencia" o "tal vez crear un nuevo concepto que lo englobara todo" para que "se diera cuenta de que cosas tan pequeñas como el hecho de estar callado o hacerle un desprecio a otra persona afectan".

Desde mediados de 2008 hasta finales de marzo de este año, han participado en este programa 117 personas, 112 hombres y 5 mujeres. Además, una psicóloga externa se pone en contacto con las pareas de estas personas para saber si necesitan de algún servicio. Concretamente, se ha tratado de manera paralela a 28 parejas de estos maltratadores.

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