Según relata la sentencia de la Sección Primera, a la que ha tenido acceso Europa Press, el procesado, "aprovechando que tenía atribuida la guarda y custodia de sus cuatro hijos menores, ha venido realizando de manera reiterada sobre su hija, C., nacida el 28 de agosto de 1992, y durante un periodo de al menos siete años de duración, actos de tocamiento".

En este sentido, añade que, un día no determinado, sobre las 6,15 horas y cuando la menor contaba la edad de ocho años, el imputado, "aprovechando que la menor había ido a recoger, por indicación de su abuela, la ropa que estaba tendida, y con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales, la introdujo en el cuarto de los palomos, la tumbó encima de una caja de madera y comenzó a tocarla".

Al hilo de ello, añade que, "ante la negativa de la menor", el condenado "le pegó dándole un bofetón, le bajó los pantalones y la penetró vaginalmente", añadiendo que, "a partir de entonces y de manera reiterada, la sometió en múltiples ocasiones a sus deseos libidinosos".

La sentencia indica que, para conseguir este objetivo, el acusado "le ha tapado la boca a la menor, le ha arrancado la ropa, le ha cogido de los pelos para sacarla de la cama y llevársela por la fuerza, le ha atado las manos a la cabecera de la cama con un cordel del tendedero, le ha abofeteado, y le ha dicho que, si contaba algo, le haría lo mismo a sus hermanas menores".

La dejó embarazada

Así, "y ante el temor de que su padre abusara de sus hermanas, la menor guardó silencio", agregando la sentencia que, como consecuencia de dichos contactos sexuales, la menor quedó embarazada y fue sometida a una interrupción involuntaria del embarazo el 9 de abril de 2007, con el consentimiento del procesado y sin que su madre fuera informada del embarazo de su hija".

Dice el fallo que el último día que la menor fue sometida a estos actos de contenido sexual fue el 17 de diciembre de 2007, ocasión en la que el acusado tenía una escayola en un brazo con la que golpeó a su hija en la cabeza, tras lo que, el 20 de diciembre de 2007, la víctima —que ha precisado tratamiento psicológico especializado— contó los hechos a su madre, quien interpuso la denuncia al día siguiente.

La sentencia se basa fundamentalmente en el testimonio de "plena credibilidad" de la menor, quien, durante el acto del juicio oral, "ha contestado sin titubeos, pero con dolor, angustia y lágrimas en los ojos, a cuantas preguntas le han sido formuladas por las acusaciones y por la defensa, y ha contado cómo lo vivió ella, el asco que le producía y cómo fue ella finalmente quien acabó con la situación".

Indemnización de 80.000 EUROS

Pos estos hechos, la Audiencia Provincial condena al imputado a 14 años de prisión y al pago de una indemnización a la menor de 80.000 euros, así como le prohíbe acercarse a su hija a menos de 300 metros durante 15 años, por un delito continuado de agresión sexual, con la agravante de que el hecho "estuvo facilitado por la ventaja que, para el acusado, suponía la relación de parentesco" con la víctima.