El presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico OCDE, Angel Gurría, apostó hoy por desarrollar un nuevo sistema económico, basado en nuevas fuentes de crecimiento, de manera que se cree una economía mundial "más fuerte, mejor regulada, supervisada y transparente" desde el punto de vista financiero y también en cuanto a la gobernabilidad corporativa y la gestión de los desequilibrios estructurales, "más limpia" y "más justa" para poder superar la actual crisis económica.

Gurría se refirió en estos términos durante su participación en San Sebastián en el XXI Encuentro Empresarial de la Sociedad de Garantía Recíproca Elkargi 'Hacia la salida de la crisis', en el que también tomaron parte el secretario general iberoamericano y ex presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Enrique Iglesias, y el presidente de Petronor y del Cluster de la Energía, Josu Jon Imaz, y al que asistió una nutrida representación del mundo empresarial vasco.

El presidente de la OCDE señaló que Europa verá en los próximos años un "marco muy difícil" en el que España experimentará un "modesto" crecimiento y una de las recuperaciones "más lentas de la Zona Euro", a lo que añadió que para superar esta situación se requiere de un nuevo modelo económico "más basado en la manufactura y el conocimiento que en la construcción". Además, apuntó como "reto" de cara a los próximos años "revertir el crecimiento del desempleo", especialmente entre los jóvenes, un problema que no se solucionará únicamente con cifras positivas de crecimiento económico.

Junto a ello, destacó que otra de las "grandes heridas" herencia de la actual crisis económica será que la relación de la deuda pública como porcentaje del PIB de la zona OCDE superará el 100 por cien, por tanto crecerá la deuda acumulada por los países ricos, incluso en aquellos que habían tenido una "ejemplar moderación fiscal", como es el caso de España.

Tras manifestar su "confianza" en el Gobierno central, que en sus políticas anunciadas para afrontar esta coyuntura recoge las "recomendaciones" de la OCDE, entre ellas, impulsar el crecimiento de la productividad, facilitar que las empresas dejen de participar en acuerdos salariales colectivos, ofrecer apoyo a familias con bajos ingresos o reducir las barreras para que las cajas de ahorro obtengan capital externo, Gurría afirmó que es necesario adoptar "medidas muy severas" para salir de la crisis, ya que los mercados son hoy "particularmente intolerantes".

En este futuro marcado por "altos déficits, alto desempleo y menores beneficios", el presidente de la OCDE apostó por "evitar a toda costa" que lo ocurrido vuelva a suceder y trabajar para lograr una economía mundial "más fuerte, más justa y más limpia".

Más fuerte en cuanto a un sistema financiero "mejor regulado, supervisado y transparente", en cuanto a la gobernabilidad corporativa y la gestión de riesgo de las empresas, y para gestionar mejor los desequilibrios estructurales. En este sentido, destacó que durante la actual coyuntura económica "no se ha hecho nada para que a la hora que lleguen los crecimientos, se compensen los desequilibrios" existentes entre "el gran ahorro de Oriente y el gran gasto de Occidente".

Además, se refirió a una economía "más limpia" desde el punto de vista de un crecimiento "más verde no como opción, sino como la única alternativa real" y también en el sentido del fraude fiscal, la corrupción y para que "las prácticas de unos países no afecten a otros", así como "más justa", ya que "se está aumentado la diferencia entre los países más pobres y los más ricos".

"La salida de la crisis no puede ser la entrada a un mismo sistema", advirtió, para, a continuación, añadir que, a su juicio, "los coletazos de la crisis no se están administrando de manera muy brillante y hay que hacerlo mejor". Finalmente, anunció que una delegación de la OCDE se trasladará la próxima semana a Euskadi para llevar a cabo un estudio sobre la innovación en esta comunidad autónoma, para "aprender" de la misma, el cual se publicará el próximo año.

Nueva economia y sociedad

Por otro lado, Iglesias consideró que esta crisis va a dar lugar a una nueva economía "muy competitiva y muy cruel", basada "en la innovación", así como a "una nueva sociedad" y un "nuevo sistema de relaciones internacionales", que va a llevar al "cambio en el poder político y más tarde en el militar". A su juicio, esta nueva etapa será "difícil de estructurar".

El secretario general iberoamericano lamentó que en Europa no se percibe el espíritu positivo que está experimentando la economía americana y apuntó como principales problemas a los que tendrá que enfrentarse la economía mundial "ser capaces de construir una nueva arquitectura financiera internacional", hacer que las reglas de la globalización "valgan para todos" y descubrir cómo conciliar la necesidad de realizar, sobre todo en Europa, las "grandes reformas necesarias para hacer frente al desempleo estructural con la sociedad", lo cual "no va a ser fácil".

Por otra parte, destacó la importancia que tiene recuperar la confianza del productor, el consumidor y la sociedad, para superar la actual coyuntura económica y explicó cómo latinoamérica ha evitado "replicar" la crisis experimentada en EE.UU., gracias a un "estado de ánimo muy positivo", a la existencia de "alimentos, energéticos y metales" que le ofrecen una "gran oportunidad" en el mercado internacional.

En este sentido, aseguró que latinoamérica podrá aprovechar esta coyuntura si trabaja en "ingresar en la cultura de la innovación, en la formación y en los recursos humanos", si mide "con inteligencia la política de reducción de la pobreza" e instrumenta una "integración pragmática" regional. Además, mostró su confianza en la relación de iberoamérica porque hoy Latinoamérica "ha cambiado de signo y después de ser el problema durante años, es parte de la solución".

De este modo, animó a los empresarios vascos a "mirar" hacia el mercado latinoamericano, a la vez que apostó por recuperar "valores éticos" como la solidaridad y compromiso para acelerar la salida de la crisis.