El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, atribuyó parte del progreso socioeconómico experimentado por la Comunidad Autónoma en los últimos años a los inmigrantes y emplazó a todos a "construir moradas antes que buscar raíces". El jefe del Ejecutivo autónomo intervino en la inauguración de la IV Conferencia Ministerial Europea sobre Integración, que se celebra hoy, jueves 15 de abril, y mañana en Zaragoza.

En su intervención, el presidente aragonés se alineó con las tesis del ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, y la comisaria de Asuntos de Interior de la Unión Europea (UE), Cecilia Mälstrom, quienes apostaron por las políticas transversales de inmigración y la integración de los ciudadanos inmigrantes.

La sexta parte de la población residente en Aragón, es decir, el 12 por ciento, son de origen extranjero, dijo Iglesias, quien señaló que cuando él accedió a la Presidencia del Ejecutivo regional el porcentaje no alcanzaba en la región el uno por ciento.

Marcelino Iglesias aseveró que el desarrollo de Aragón "ha requerido de la aportación de muchos inmigrantes" y, en la actualidad, "la población inmigrante se ve afectada —por la crisis— muy por encima" de su peso relativo en la sociedad.

El presidente aragonés negó que el fenómeno de la inmigración sea un "problema insoslayable" y arremetió contra aquellos que "se dejan llevar por el oportunismo y los análisis simplistas", frente a lo cual opuso las políticas socialistas de integración, que han convertido el fenómeno en un asunto "central" de su acción de Gobierno.

El jefe del Ejecutivo autónomo aludió a los primeros años de su Gobierno, cuando las políticas autonómicas de inmigración se centraron en favorecer el acceso de estos ciudadanos a todos los servicios públicos y se creó el Foro de la Inmigración, así como una Comisión Interdepartamental, realizando acciones de inmigración en materias como vivienda, salud o Educación.

Ahora se trata de asentar "la normal convivencia entre todos los residentes en Aragón", aseguró Marcelino Iglesias, quien abogó por poner en marcha planes de "ciudadanía y convivencia". Hasta ahora el esfuerzo ha sido "intenso, pero imprescindible", continuó Iglesias, quien avisó de que "una región que sólo mira hacia dentro no sólo daña al conjunto del país, sino de Europa".

Iglesias destacó "el papel que las regiones tenemos" en la integración de la inmigración como "motor de desarrollo y cohesión social", tras lo que abogó por compartir el "espíritu de colaboración" entre todos los niveles de gobernanza. Consideró importante incluir a las Administraciones regionales en los planes de desarrollo para la inmigración por la cercanía a la población y el territorio, lo que convierte a las Administraciones autónomas en conocedoras de las necesidades de los ciudadanos.

"Por nuestra salud democrática estamos llamados a construir espacios compartidos donde reconocer y negociar los conflictos, que nos permita construir moradas antes que buscar raíces; que nos convierta —a las regiones— en objetivo y tarea común para todos los europeos, tengan los ascendientes que tengan; donde reconocer que las diferencias se hacen creativas y productivas sólo en lo relación", proclamó Marcelino Iglesias, quien defendió "la igualdad de oportunidades de los inmigrantes y limite la condición de migrante a quien decide migrar, no a varias generaciones sucesivas", manifestó el presidente aragonés.