"¿De verdad te vas a comer eso?": platos cinéfilos de muy mal gusto

Un ranking con las mejores –o más desagradables- escenas sobre comida en la historia del cine. Sin cortes, sin trucos. Por JAVIER SÁNCHEZ NAGORE
"¿De verdad te vas a comer eso?": platos cinéfilos de muy mal gusto
"¿De verdad te vas a comer eso?": platos cinéfilos de muy mal gusto
"¿De verdad te vas a comer eso?": platos cinéfilos de muy mal gusto

Son ricos, famosos, tienen un coche mejor que el tuyo y una casa más grande, pero en ocasiones incluso los actores más reputados tienen que hacer de tripas corazón para ganarse el sueldo. En esta lista recopilamos las cinco escenas más duras para el estómago de las estrellas del celuloide, sin trampa ni cartón. Para darle emoción, vamos allá del 5 al 1.

5. Paul Newman, 50 huevos duros en La leyenda del indomable

Abrimos este top cinco con una proeza cuyo mérito reside en la cantidad más que en la calidad. Paul Newman en La leyenda del indomable apuesta a que es capaz de comer cincuenta huevos duros en una hora. Aunque, evidentemente, el actor no comió medio centenar de huevos para rodar la secuencia, dicen las malas lenguas que llegó a ingerir alrededor de una docena, y eso supera con creces la cifra recomendada de tres o cuatro semanales.

Mucho menos famosa que Newman, la norteamericana Sonya Thomas ostenta el récord en esta disciplina con una plusmarca de 65 huevos en seis minutos y cuarenta segundos. De otro mundo.

4. Sylvester Stallone, cinco huevos crudos de un trago en Rocky

Sin entrar en los gustos culinarios de los lectores, que los habrá de todos los colores, hay que admitir que para el común de los mortales, la textura de un huevo crudo no es la más apetecible, y menos aún amaneciendo a las cuatro de la mañana. Pero si lo que quieres es aguantar un combate completo contra Apollo Creed, necesitas un aporte proteico que sólo esta deconstrucción de tortilla puede aportar.

En el caso de Rocky, cuyo guión escribió el propio Sylvester Stallone, el ‘Potro italiano’ no tuvo que sufrir demasiado para rodar la escena, ya que esta ingesta formaba parte de la dieta del propio actor cuando quería lucir músculo. Sylvester llegaba a ingerir hasta diez huevos crudos al día cuando el papel exigía más cacha de la habitual.

3. Christian Bale, gusanos vivos en Rescate al amanecer

Ver la capacidad de resistencia de Christian Bale parece ser una afición extendida entre los cineastas (duplicó su peso de los cincuenta kilos en El maquinista a los más de cien de ‘Batman begins’) y Werner Herzog no perdió la ocasión de hacer sufrir al galés en su película de 2007 Rescate al amanecer.

En la cinta, Bale interpreta a un prisionero que es obligado a comer un plato de gusanos, y como el avezado espectador está esperando el truco en este tipo de secuencias, no queda otra que hacerlo de verdad. Entonces, ¿dónde está la diferencia entre el prisionero y el actor? Miren la cuenta corriente de Bale para más información. Dinero viscoso pero sabroso.

2. Nicolas Cage, una cucaracha en Besos de vampiro

Lo de Nicolas Cage suena más a caso de masoquismo. Para la película Besos de vampiro, en la que interpreta a un agente literario que cree estar convirtiéndose en vampiro, el director Robert Bierman le pidió que comiera un huevo crudo, pero Cage, todo un referente en el campo de la sobre interpretación, sugirió que podría comerse una cucaracha viva. Y así lo hizo.

Lo más curioso de todo es que Nicolas Cage sufre de fobia a los insectos, por lo que la secuencia parece responder más a una terapia de choque autoimpuesta que a un exigencia del guión. No contento con la auto flagelación de Cage, Robert Bierman obligó al actor a repetir la toma una segunda vez… y más vale que no hubiera más cucarachas a la vista.

1. Min-sik Choi, un pulpo en Old Boy

Todo ranking es subjetivo, pero en esta ocasión habrá pocos que no estén de acuerdo con que la mayor demostración de estómago en una pantalla la llevó a cabo Min-sik Choi en el rodaje de Old Boy, al menos desde una concepción occidental de la gastronomía.

El personaje central de la mítica película coreana devora sin rechistar un pulpo vivo entero mientras sus tentáculos se retuercen por su cara. Aunque Min-sik Choi, según sus creencias religiosas, tuvo que pedir perdón a cada uno de los cuatro animales que se utilizaron para la escena, en el vídeo del making of, parece divertirse. Hay gente para todo.

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