La Consellería de Educación e Ordenación Universitaria aseguró hoy que los centros de enseñanza con comedores escolares gestionados directamente por la Xunta recibirán a mediados de la próxima semana el pagó de gastos corrientes, correspondientes al segundo trimestre y que llevaba atrasado desde el mes de enero.

Precisamente, la CIG-Ensino denunció los centros comenzaron a tener problemas con los proveedores por la falta de pagos y que, en varios casos, empezaron a tomar medidas como "sustituir, en determinados días, la comida por bocadillos". "La situación es tan grave que algunos centros amenazan con suspender el servicio de comedor", lamentó el sindicato.

Esta situación afecta a los 296 centros de enseñanza gestionados directamente por la Consellería y que el departamento autonómico atribuyó al ejercicio económico, además de recordar que se registró un caso similar durante el año pasado.

Así, fuentes del departamento explicaron que la gestión de dichos pagos "se hace en base a los ejercicios", por lo que primero hubo que cerrar 2009 y abrir 2010 para así poder ordenar las cuantías.

Finalmente, señalaron que ya se contabilizaron los pagos y que saldrán al Tesoro para su posterior traslado a las delegaciones provinciales de la Consellería, que girarán las cuantías a los centros de enseñanza.

Comedores en el rural

Por otro lado, los sindicatos denunciaron durante la semana pasada la intención de la Xunta de cerrar 18 comedores escolares —9 en Lugo y 9 en Ourense— en el rural gallego, que afecta a 70 puestos de trabajo, a 300 alumnos y que, según aseguran, ya ejecutó en dos centros.

Precisamente, este viernes continuarán las negociaciones, tras proponer Educación un nuevo baremo con el que se reduce "a la mitad" el número de centros afectados. Según la CIG, este nuevo ratio —de 30 a 25 usuarios— supondría el cierre de comedores en os centros de Cervantes, Ourol y Ribeira de Piquín —en Lugo—; además de en Baltar, O Bolo, Calvos de Randín, Xunqueira de Espadañedo y San Mamede de Montedorramo, en la provincia de Ourense. "Afectaría a 170 alumnos", lamentó el sindicato.