Revilla afirmó que las raíces, la historia y la cultura de los pueblos "no se pueden perder nunca porque sería perder nuestra identidad". En su opinión, la personalidad de todo ser humano se construye en torno a dos "sumandos", los genes y la tierra, que marcan "de por vida" a las personas.

En este sentido, el presidente reconoció que necesita "casi cada mes" volver a su municipio natal, Polaciones, "para recordar historias de su infancia" y que "cada vez que sale de Cantabria cuenta las horas para regresar".

Por todo ello, destacó la importancia de los centros regionales para que los "emigrantes" no pierdan la vinculación con sus lugares de origen y reiteró el apoyo del Gobierno regional tanto a las Casas de Cantabria repartidas por todo el mundo como a las representaciones de otras comunidades en nuestro territorio.

Finalmente, animó al Centro Castellano y Leonés a proseguir con su actividad y confió en volver el próximo año para celebrar nuevamente el 'Lunes de Aguas'.

Previamente a su intervención, Miguel Ángel Revilla degustó con los cerca de 100 socios presentes el tradicional hornazo salmantino y otros productos típicos castellanos.

El acto se celebró en la sede de la asociación y en él estuvo acompañado por el presidente del Parlamento, Miguel Ángel Palacio; el presidente del Centro Castellano y Leonés, Fernando Guerra; el presidente de la Casa de Salamanca en Cantabria, Tomás Labrador, y representantes del Centro Gallego en la región.

El 'Lunes de Aguas' es una festividad que conmemora una leyenda del siglo XVI, por la cual las prostitutas de Salamanca eran obligadas, en época de Cuaresma, a abandonar la ciudad para evitar caer en tentaciones carnales, regresando el lunes siguiente al Lunes de Pascua.