La tradición más arraigada y participativa de los alicantinos, la Romería a la Santa Faz, será este año más pura y tradicional en lo que se refiere a la venta ambulante en los cientos de puestos que se montan en la pedanía: sólo se ofrecerá artesanía y alimentos típicos de la terreta.
En las últimas horas, una avalancha de vendedores piden licencia en el Ayuntamiento para no perderse esta cita que congrega a unos 300.000 peregrinos de toda la comarca, pero muchos se quedarán fuera.
No faltarán la alfarería de Agost, con sus típicos botijos, ni los garrotes, medallas, los dátiles, el turrón y los útiles para cocinar paellas.
En cambio, se rechaza casi todo lo que hoy oferta el top manta: gafas de sol, prendas como pañuelos de señora y ropa en general, cd y dvd, juguetes... según se está transmitiendo desde el Ayuntamiento a los comerciantes interesados en contar con su espacio.
También se reducirá con toda seguridad el número de calles ocupadas por este inmenso mercadillo. Están señalizados ya unos 300 puestos entre el acceso a la carretera nacional y la rotonda de la pedanía, pero no desde allí hacia Sant Joan ni en dirección a Tángel, donde sí estaban instalados en los últimos años.
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