En un comunicado, el Ayuntamiento de la capital alavesa explicó que, "a pesar de que el fuego había sido extinguido", se optó por el desalojo de los vecinos "debido a la necesidad de realizar una inspección del mismo para asegurase de que no existía peligro de derrumbe".
Nueve de los damnificados optaron por acudir a domicilios de familiares o buscar alojamiento por iniciativa propia, y el resto fue realojado por el Ayuntamiento. Dos de ellos durmieron en el CMAS y las familias con niños pasaron la noche en apartahoteles contratados por el Departamento de Intervención Social.
Los afectados no podrán volver a sus hogares hasta que las labores del equipo de bomberos hayan finalizado y se adecuen las viviendas. Con ese objetivo, el equipo de bomberos ha realizado un total de cuatro inspecciones, con el fin de asegurarse de que las estructuras de madera no hayan sido dañadas.
Asimismo, el Ayuntamiento recordó que para evitar que la meteorología pueda causar algún daño, se ha introducido en la calle Cuchillería un "brazo grande", una grúa de gran dimensión que facilita el trabajo en alturas.
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