Durante su comparecencia en el juicio, que se celebró hoy en la Sección Segunda de la Audiencia de Granada, quedando visto para sentencia, el acusado relató que en el momento de los hechos, a las cinco de la madrugada, se encontraba durmiendo en la casa donde convivía con su madre. Aunque dijo no recordar ningún detalle de la agresión, que causó graves heridas a la víctima en la cabeza y las manos, sí explicó que tras los hechos se desplazó por su propia voluntad hasta el Cuartel de la Guardia Civil para contarles lo sucedido.

Por su parte, la madre y la hermana del acusado, que han declarado como testigos, coincidieron en señalar que el acusado está tomando medicación desde joven para los nervios, aunque no supieron precisar cuál, e indicaron que hasta ese momento nunca había agredido a su madre ni protagonizado ningún suceso violento con nadie.

Los médicos que exploraron a la víctima y al acusado aseguraron que la primera sufrió "un grave golpe en la cabeza" que, de no haber sido tratado de inmediato, habría provocado su muerte y apuntaron la posibilidad de que el acusado evadiera de forma intencionada muchas de las preguntas que le hicieron para hacer creer que su estado mental era inferior al real y conseguir un "beneficio propio".

De hecho, una de las peritas dudó de que el presunto agresor no sea consciente del alcance y consecuencia de los hechos que ha cometido, pese a su discapacidad mental, fijada en un 71 por ciento.

No obstante, la psicóloga que atiende al acusado en el Centro Penitenciario de Albolote, donde permanece de forma preventiva desde el día de los hechos, ha asegurado que el hombre tiene problemas de comunicación, tendencia al aislamiento e incapacidad de planear con antelación una acción, por lo que vio improbable que sea consciente del alcalde de los hechos cometidos.

"Él sabe que un martillo hace daño pero no cree que con pueda matar con él a su madre", añadió la psicóloga durante su comparecencia, la cual ha sido clave para que el Ministerio Público haya rebajado su petición inicial de doce años de cárcel por un delito de asesinato en grado de tentativa a siete años y seis meses, al considerar que concurre la eximente incompleta de enajenación mental y alternación de la percepción. Además, ha dejado a disposición de la Sala el decidir si el internamiento debe cumplirse en un centro penitenciario o en uno terapéutico.

Por su parte, la acusación particular, que pedía 15 años de prisión, ha aceptado la calificación del fiscal, al considerar que sí concurre la atenuante de enajenación mental, y ha retirado la acusación por el delito de lesiones, por el que pedía cinco años más de cárcel.

La Defensa también ha aceptado la calificación del Ministerio Público pero ha solicitado que la condena se cumpla en un centro terapéutico ajustado a sus necesidades mentales.