Las escaleras, mucho más que subir y bajar

  • No hace tanto los dúplex y adosados eran excepcionales, ahora muchos viven obligados a subir y bajar escaleras.
  • Las reglas de oro (salvo excepciones) son que ocupen el menor espacio posible, que sean discretas y cómodas.
Una mujer camina por las escaleras diseñadas por el artista holandés Reem Koolhaas en el Museo Ruhr de Essen, Alemania.
Una mujer camina por las escaleras diseñadas por el artista holandés Reem Koolhaas en el Museo Ruhr de Essen, Alemania.
EFE
Una mujer camina por las escaleras diseñadas por el artista holandés Reem Koolhaas en el Museo Ruhr de Essen, Alemania.

Hace apenas una generación eran mucho menos recuentes, pero hoy día abundan las viviendas que cuentan con una o más escaleras interiores, normalmente dúplex o chalés, adosados, pareados o independientes.

Muchas veces los propietarios se enfrentan a reformas en las que adecuar esas escaleras para hacerlas más accesibles,  lograr que ocupen menos espacio o sencillamente más a su gusto.

Hay veces incluso que deben hacerlas desde cero para lograr acceder a una planta. No es raro que entreguen unifamiliares con buhardillas ciegas, que los dueños deben crear de la nada.

Las dos reglas de oro en materia de escaleras es que ocupen el menor espacio posible y (salvo pocas excepciones en casas muy espaciosas) que sean discretas. Es decir, que casen de tal manera con el resto de la decoración de la casa que nunca sean un elemento estelar. Dicho de otra manera, salvo en una mansión, una escalera nunca debería tener el protagonismo de un salón o un recibidor.

Para ahorrar espacio suele convenir una escalera de caracol, las de miniespiral son las que menos ocupan, aunque también son las que más cuesta subir y bajar.

Algunas son tan fáciles de instalar que las venden en centros de bricolaje. Si es preciso pintarla o barnizarla, lo ideal es hacerlo en peldaños alternos para no

inutilizarla. Es decir, conviene primero pintar los pares y luego, una vez se sequen, los impares. También suele ser preferible empezar de arriba abajo.

Eso sí, las escaleras de construcción siempre tendrán un mejor acabado aunque acaben saliendo algo (o mucho) más caras.

En cuanto a los materiales, hay prácticamente de todo a elegir: todo tipo de acabados de madera, metálicas, mármol, de obra e incluso de materiales como el metacrilato o el cemento pulido.

De hecho también se puede jugar en la escalera con las luces o los elementos decorativos: fotos, apliques, cuadros, plantas... Todo es cuestión de echarle imaginación. No hay estilo que no tenga su escalera ideal.

Las escaleras aéreas, sin vigas ni ningún otro elemento de sostén, pueden ser muy prácticas para aprovechar el espacio que hay bajo ellas. Se puede dedicar a armarios, bodega, rincón de lectura...

Peldaños y pasamanos

Independientemente del tipo de escalera, los peldaños pueden ir unidos entre sí o no. Si hay espacio entre ellos resultarán más ligeros visualmente y más informales. En cambio, los peldaños cerrados hacen más formal la escalera, ocupan mayor espacio visual y permiten enmoquetar todo el tramo de escalones. También son más seguros, sobre todo si hay niños.

Con el pasamanos sucede lo mismo. Pero, además de cerrado o abierto, hay otra opción: los escalones pueden salir de la pared sin barandilla. Una opción  minimalista.

A la hora de decidir qué tipo de escalera poner antes que los criterios estéticos es importante tener en cuenta las personas que van a emplear esa escalera. No

es lo mismo una pareja joven y deportista que una familia en la que hay niños pequeños, ancianos o personas con problemas de movilidad.

De ser así, habrá que procurar ante todo que esa escalera resulte fácil de subir y bajar y no entrañe peligro alguno. Que no sean demasiado verticales, un doble asidero para las personas mayores, barandas sin huecos y peldaños cerrados pueden ser algunas buenas soluciones para adaptarlas.

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