Más de un millar de profesionales de UCI andaluzas trabajan actualmente en la prevención de infecciones hospitalarias

Más de un millar de profesionales de la sanidad pública andaluza trabajan actualmente en la prevención de las infecciones que se producen en las unidades de cuidados intensivos de los centros sanitarios, a través del proyecto 'Bacteriemia Zero', según informó hoy la Junta en una nota.

Este proyecto es una iniciativa de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) mediante la que se pretende disminuir al mínimo la tasa de infecciones producidas por la utilización de catéteres endovenosos, mejorando así la calidad de vida de los pacientes críticos y su seguridad.

La iniciativa está inspirada en un programa de la Universidad John Hopkins implantado en el estado norteamericano de Michigan, donde se demostró que la puesta en marcha de estas medidas de seguridad reducía la tasa de infecciones asociadas a catéteres endovenosos centrales, técnica muy utilizada en las UCI, a niveles cercanos al 4 por mil, un porcentaje considerado óptimo por la Organización Mundial de la Salud.

Este proyecto, que está apoyado a nivel nacional por la Agencia de Calidad del Ministerio de Sanidad, está coordinado por la Sociedad de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias.

La propia OMS supervisa el desarrollo del programa dado que ha elegido a España para pilotar la implantación de esta iniciativa, que en Andalucía lleva desarrollándose aproximadamente un año y que está enmarcada en la Estrategia para la Seguridad del Paciente de la Consejería de Salud.

Reducir tasas de infecciones

El proyecto 'Bacteriemia Zero' cuenta con dos líneas de intervención claramente identificadas. La primera de ellas, y que dio origen a la Estrategia de Seguridad del Paciente, tiene como objetivo poner en marcha una serie de medidas para prevenir las infecciones bacterianas relacionadas con la inserción y el manejo de los catéteres venosos centrales.

Para ello, se ha creado un listado de verificación mediante el que se realizan las comprobaciones necesarias antes del procedimiento, revisando la higiene de manos de los profesionales implicados, la utilización de gorros, guantes, batas y mascarillas, entre otros, así como la desinfección del lugar de inserción con clorhexidina.

También se comprueban las medidas de seguridad durante el procedimiento y si después de la inserción se limpió la zona y se colocó un apósito estéril. Este 'check-list' supone una importante herramienta de prevención de infecciones, favoreciendo, además, la interrelación de los profesionales que trabajan en las unidades de cuidados intensivos.

La segunda línea de trabajo del proyecto tiene una dimensión más general y promueve la puesta en marcha de un Plan de Seguridad Integral en las UCI que potencie el trabajo en equipo, fortalezca la cultura de seguridad en el día a día y la aplicación de prácticas seguras de efectividad demostrada.

Así, se ha evaluado la percepción del clima de seguridad mediante una encuesta dirigida a los profesionales sanitarios de cada UCI con el objetivo de identificar aspectos que se consideren importantes. Asimismo, se ha formado a estos profesionales y se han puesto en marcha diferentes iniciativas para mejorar la seguridad de los pacientes con el apoyo de la dirección de cada centro.

En la actualidad, y tras aproximadamente un año de desarrollo, se ha podido constatar que el proyecto está influyendo en la mejora no sólo de la tasa de infecciones, sino también de otros aspectos relevantes relacionados con la seguridad en los procedimientos clínicos.

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